Teresa Romero presenta indicios que podrían hacer albergar cierta esperanza

La Voz / Enrique Clemente / Agencias REDACCIÓN

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La auxiliar continúa «estable dentro de la gravedad» pero su carga viral se «se va reduciendo y controlando». Los otros 15 ingresados continúan asintomáticos. Rajoy destaca que el problema es que «en Occidente no sabemos mucho del virus». SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN

12 oct 2014 . Actualizado a las 23:54 h.

La auxiliar de enfermería Teresa Romero, contagiada por el virus del ébola, continúa estable dentro de la gravedad, aunque presenta indicios que podrían hacer albergar cierta esperanza, según ha informado este mediodía el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón. En una rueda de prensa convocada con urgencia en La Moncloa, ha informado de la evolución de la auxiliar de enfermería.

Simón ha explicado que el ébola «es una enfermedad muy grave y hasta que no salga de ella no podemos garantizar nada», aunque ha reconocido que la carga viral «se va reduciendo y controlando», con lo que «hay altas esperanzas de que la enfermedad en Teresa se esté controlando».

Ha asegurado que se trata de un «signo de esperanza», pero ha advertido de que hay que tomarlo «con mucho cuidado», porque una enfermedad de estas características siempre es un «proceso crítico». Según ha explicado, puede afectar a otros órganos que alteren la progresión de la enfermedad, por lo que se ha mostrado «cauto» sobre la evolución final de la paciente.

El Comité Especial de seguimiento de la enfermedad ha celebrado hoy su segunda reunión, tras constituirse el pasado viernes, y ha designado al director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias para informar a los medios de comunicación de la evolución de los pacientes.

Se investigan las causas del contagio

Durante su primera comparecencia ante los medios, que ha durado veinte minutos, Simón ha indicado que se están investigando las causas del contagio de Romero y que si bien existe la posibilidad de que se trate de «un accidente fortuito, las investigaciones se van a llevar hasta el final». También ha recalcado que existe un control «muy elevado» sobre el estado de salud de los quince contactos de «alto riesgo» que tuvo la auxiliar de enfermería y que se encuentran ingresados bajo vigilancia en el Carlos III.

Simón ha subrayado que el Comité está trabajando con todos los escenarios posibles «por extraños y poco probables que puedan parecer», porque la epidemia se está comportando de forma novedosa en muchos aspectos.

En este sentido, ha dicho que se trata de la primera vez que el virus se contagia en zonas urbanas y capitales de países y que se han producido casos de los denominados «superdiseminadores» -personas que han estado en contacto con los enfermos en actos sociales-.

«Ha habido muchas primeras veces, por esta razón estamos previendo todos los posibles escenarios y posibles planes», ha explicado Simón, quien ha señalado que España, como toda la Unión Europea, está pendiente de la situación en Estados Unidos, donde el sanitario que atendió al primer paciente diagnosticado con ébola en el país ha dado positivo en una primera prueba. El Comité Especial, según ha dicho, está en contacto permanente con la Organización Mundial de la Salud y con la agencia europea responsable del control de enfermedades.

Preguntado por el informe de los expertos europeos sobre el Hospital Carlos III, ha asegurado que consideraron de «gran calidad» las infraestructuras y los profesionales del centro, lo que «no significa que no se puedan mejorar», especialmente las esclusas donde se cambia el personal que utiliza los equipos especiales de protección frente al ébola y que deberían ser más amplias.

También ha querido dejar claro que las calzas que utilizó Teresa Romero cuando atendió al misionero Manuel García Viejo eran «dobles» e «impermeables» y que su procedimiento de aplicación fue «correcto»

Al borde de la muerte el pasado jueves

El estado de Teresa ha mejorado en las últimas jornadas. En las última horas se ha confirmado que Teresa Romero estuvo el jueves al borde la muerte por una crisis respiratoria, provocada por un edema en el pulmón. Pero, según fuentes hospitalarias, estaba consciente en todo momento y hablaba con el personal sanitario que la atiende, formado por tres médicos y siete enfermeros y auxiliares.

La estabilización de la auxiliar de enfermería gallega ingresada en el Hospital Carlos III de Madrid llevó ya ayer un cierto optimismo al equipo médico. La información fue corroborada a última hora de la tarde de ayer con una serie de fotos servidas por la agencia Reuters en las que aparece Teresa Romero recibiendo terapia respiratoria, y en las que se puede apreciar la recuperación de la auxiliar de enfermería. En la cadena de televisión La Sexta se decía, citando fuentes oficiosas del hospital, que los últimos análisis de Teresa Romero mostraron que hay cada vez menos restos del virus en la sangre y que ella generaba anticuerpos. El hermano de Teresa Romero, José Ramón, comentó ayer por la noche en televisión que ella «ha dejado de tener fiebre» y que ha mejorado, pero que «todavía es pronto» para bajar la guardia. También aclaró que cuando el jueves dijo que ella estaba intubada, tal vez se equivocó, fruto del desconocimiento y los nervios.

Sí parece que el mayor problema añadido la auxiliar gallega es pulmonar, ya que la crisis del jueves fue causada por el encharcamiento de los pulmones, del que todavía sufren secuelas. Teresa Romero se contagió de ébola mientras estuvo atendiendo al sacerdote Manuel García Viejo, que permaneció en el hospital Carlos III entre los días 22 y 25 de septiembre, cuando murió. Ella comenzó a tener malestar poco después, sobre el día 30, y su salud fue empeorando con el paso de los días. Sin embargo, no ingresó en el hospital de referencia hasta el lunes pasado, 6 de octubre, lo que ha provocado una crisis sociosanitaria en el país. Su estado tuvo varios altibajos.

Hasta el momento, Romero ha recibido tres tratamientos distintos, todos ellos experimentales, para salvarle la vida. El más repetido es el plasma de dos monjas que habían superado la dolencia en África, así como un antiviral llamado favipiravir y el ZMapp. Algunas fuentes señalaron que se está suministrando un «cóctel de fármacos nuevos», pero no detallaron el nombre del terce medicamento utilizado, y no quedó claro si sería el más conocido de todos, el ZMapp, agotado desde agosto.