Tarzán

Javier Maseda Rodríguez

SANTIAGO CIUDAD

22 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Pues sí, estimados y estimadas, no son ustedes más que patos y patas de variado pelaje y pluma empeñados, sin duda por influjo de la osa mayor, en seguir juntándose a modo de churras con merinas, pretendiendo, aun así y cual cerebro de mosquito, llevarse el gato al agua.

Considérense en vías de extinción, cual triceratops o espinosaurio, de seguir esta dinámica. Si no lo creen, no tienen más que pasarse un rato por la selva.

Por un lado, la hembra del animal, la pata del pato. Lince y con memoria de elefante, rara vez se la ve esconder su cabeza como un avestruz, dispuesta como es a coger el toro por los cuernos cada vez que la vida la sorprende con sus embestidas. Cultiva con frecuencia la virtud del papagayo, que no loro, porque no repite, y entre palabras y palabras que llenan su cabeza de pájaros, tiene continuamente presente la ubicación de la mosca, siempre detrás de la oreja, que nunca olvida que el hombre es un lobo para el hombre (y para el lobo también).

A su lado, estimados y estimadas, amigos todos, el macho del animal, el pato, que no némesis de la pata. Tiburón o besugo, no corta para nada el bacalao, más perdido que un pulpo en el proceloso mar de emociones de la pata, pez fuera del agua sin ascuas ni sardina. Lejos del papagayo, cierra la boca para que no entren moscas, sabiendo como sabe que por la boca muere el pez, no vaya a ser que le toque pagar el pato?

Ya ven, churras con merinas? vaya dos patas para un banco! Con todo y aunque perros y gatos, se empeñan ustedes, patos y patas, en seguir juntándose, tal vez porque Dios los crea (y ellos se juntan)?

Solo les queda la esperanza de que cada oveja encuentre su pareja, en un intento, confiemos en que no vano, de eludir el cementerio de los elefantes.

Por ello, y por eso del gato por liebre y la boca del lobo, no olviden mirar, por si las moscas, los dientes al caballo, sobre todo si se lo dan regalado; y no se fíen del traje de seda, pues mona se queda; ni del cambio de collar, que suele ser el mismo perro? Y si así sale oveja, adelante la pareja! Pero si rana? ay, amigos? suerte y al toro, porque solo les quedará Tarzán.

Javier Maseda Rodríguez (Santiago de Compostela, 46 años) es Profesor de Derecho.