Suiza duplica en cuatro años el número de pacientes que viajan al país para morir

Europa Press

SOCIEDAD

Su código penal establece unas condiciones legales para el suicidio asistido, como enfermedad mental, pronóstico sin esperanza o dolor insoportable

21 ago 2014 . Actualizado a las 18:39 h.

Un estudio de la Universidad de Zurich (Suiza) ha revelado que este país recibió entre 2008 y 2012 a más de 600 enfermos de otros países con enfermedades neurológicas, reumáticas, cáncer y otras patologías en busca del suicidio asistido, pasando de los 86 casos de 2009 a los 172 de 2012. Aunque la mayoría fueron ciudadanos alemanes y británicos, también hubo ocho españoles.

En concreto, según los datos publicados en el Journal of Medical Ethics, contabilizaron un total de 611 residentes de 31 países diferentes: 268 alemanes, 126 británicos, 66 franceses, 44 italianos, 21 estadounidenses, 14 austriacos, 12 canadienses, 8 españoles y otros tantos israelíes, más un número inferior de otras nacionalidades.

El código penal suizo señala que toda persona que por motivos egoístas incite o ayude a otra a cometer suicidio o intentar hacerlo será castigada (si esa otra persona a partir de ahí se suicida o lo intenta) con una pena privativa de libertad de hasta cinco años o monetaria. Pero, según ha explicado a la agencia Sinc Julian Mausbach, uno de los autores, existen unas condiciones para el suicidio asistido, como enfermedad terminal, pronóstico sin esperanza o dolor insoportable, fijadas por las organizaciones de derecho a morir.

En Suiza hay seis organizaciones de este tipo, de las cuales cuatro permiten a los extranjeros utilizar sus servicios. De los 611 casos registrados, prácticamente todos lo hicieron en Dignitas, cuyas tasas para el suicidio asistido oscilan entre 9.000 y 10.500 francos suizos (entre 7.500 y 8.600 euros aproximadamente).

Según el estudio, casi la mitad de las personas que viajaron para morir a Suiza -principalmente al cantón de Zúrich- tenían enfermedades neurológicas, como parálisis, problemas de la neurona motora, Párkinson o esclerosis múltiple. El resto padecía enfermedades reumáticas, cáncer, afecciones cardiovasculares graves u otras patologías y alrededor de uno de cada tres sufría más de una enfermedad.

Respecto al género de los fallecidos, más de la mitad (58,5%) fueron mujeres, y la edad de estos particulares «turistas» oscilaba entre los 23 y 97 años, con un promedio de 69, cuando acabaron con su vida. Prácticamente todas las muertes fueron causadas por tomar pentobarbital de sodio, un fármaco de la familia de los barbitúricos. Solo cuatro personas lo hicieron inhalando helio, un método que aunque al principio se consideró que inducía una muerte dulce, al final fue descrito como «insoportable» hace unos años. Este método pudo ser el responsable de la caída de viajeros de 2008 (123) a 2009 (86), aunque desde entonces no han dejado de crecer.