Los vecinos que organizan la fiesta cargaron a primera hora de la tarde de ayer calderos de arena del río y los llevaron hasta la fuente del pueblo
17 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.«Ya llevo seis pepitas». Diego Rajo tiene 9 años y contesta sin apenas levantar la vista. La tiene fija en la arena y el agua que sacude en una bandeja circular en la fuente de Montefurado. De vez en cuando, él o alguno de los otros chavales agachados alrededor de la pila ven un brillo dorado, paran y sacan algo con los dedos. Son pequeñas partículas de oro del Sil, del tramo que pasa por esta parroquia de Quiroga, una de las dos que este fin de semana celebran fiestas de marcada ambientación romana.
Diego tiene familia cerca de Quiroga, pero vive en Ferrol. Vino a Montefurado con su padre y los dos están vestidos con túnicas, igual que la mayor parte de quienes ayer por la tarde estrenaban la segunda edición de la fiesta romana de esta parroquia quiroguesa, la del famoso túnel que los romanos abrieron hace dos mil años en una montaña para desviar el cauce del Sil y filtrar su oro.
«Evidentemente, hoy ya no hay la cantidad que había entonces, pero todavía queda», explicaba ayer al lado de la fuente de Montefurado Luis Sanfiz, experto buscador de oro de la localidad asturiana de Navelgas. Él y su asociación reivindican la búsqueda recreativa, no lucrativa. «Sabemos de gente desesperada por la crisis que está tratando de vivir de esto -explica-, pero puede ser frustrante porque para sacar un gramo por el que te pueden dar cincuenta euros hay que mover tres o cuatro toneladas de roca».
Los vecinos que organizan la fiesta cargaron a primera hora de la tarde de ayer calderos de arena del río y los llevaron hasta la fuente del pueblo. Hoy por la mañana harán otra demostración, directamente en la orilla. El lugar concreto lo decidirán sobre la marcha. «Hay que saber dónde buscar y tener vista para detectar los mejores sitios, porque oro hay», asegura Sanfiz.