Las mareas vivas destapan naufragios de los años veinte

SOCIEDAD

Ana Garcia

La bajamar sacó a la luz pecios en Baldaio y O Rostro

15 ago 2014 . Actualizado a las 12:14 h.

Atrapados en la arena de O Rostro (Fisterra) y Baldaio (Carballo) hay tres pecios y en ocasiones el mar se retira lo suficiente para ver los restos de dos de ellos. Las mareas vivas han permitido a muchos visitantes reconstruir esta semana la historia de naufragios ocurridos en los años veinte.

En el arenal carballés, donde se han sucedido numerosos y dolorosísimos accidentes marítimos está lo que queda del María Victoria, un vapor inglés que se hundió en noviembre de 1929 frente al canal por donde desagua la laguna. Algún susto han dado los restos que sobresalen de la arena y cuyo desguace fue adjudicado por la Armada en mayo del 2004, aunque la empresa beneficiaria no se quedó finalmente con el acero por las dificultades que entraña el trabajo. El buque iba cargado con 3.500 toneladas de carbón. En el siniestro murió el maquinista. Los tripulantes eran gallegos, cántabros y vascos.

En O Rostro asomó también el Silva Gouveia, un vapor portugués que varó en diciembre de 1927. Casi al lado, aunque bastante menos visible está el Nouveau Conseil, un mercante francés que encalló en junio de 1921 y que iba cargado de conservas. El barco luso fue desguazado en el lugar, aunque queda la parte baja del casco. Llevaba azúcar y en este caso tampoco hubo víctimas en el accidente.