Pintadas en As Catedrais: «¡Oye, que eso no se hace!»

José Francisco Alonso Quelle
José Alonso RIBADEO

SOCIEDAD

Un visitante de As Catedrais escribía ayer su nombre en las rocas, justo antes de ser reprendido por sus compañeros.
Un visitante de As Catedrais escribía ayer su nombre en las rocas, justo antes de ser reprendido por sus compañeros. xaime f. ramallal < / span>

A falta de guías a pie de playa en As Catedráis, algunos turistas reprenden a aquellos que siguen realizando pintadas en el monumento natural

14 ago 2014 . Actualizado a las 11:29 h.

Una de la tarde. Bajamar en As Catedrais. En las paredes de la cueva arrasada por pintadas y grabados, se escucha: «¿A vostede non lle parece que isto é intolerable?». De la pareja con pinta inequívoca de turistas, responde la mujer: «Sí, tiene toda la razón». Quien lanzaba la pregunta era el alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez (BNG), que ayer bajó a la arena a ver en persona la «desfeita» en el monumento natural. Acompañado por un socorrista, comenzó a quitar algunos de los cantos rodados que, por centenares, han puesto los visitantes por todas las paredes. «Vou mandar quitar as pedras, pero cos gravados non se pode; o dano xa está feito», comentó.

Al poco de irse, un joven cogía una laja y empezaba a escribir en la pared. «¡Oye, que eso no se hace!», le reprocharon otros, al lado. «El problema es que si no se advierte que esta prohibido, quizá muchos, por desconocimiento, pongan más piedras o escriban en las paredes, pensando que no hacen ningún mal y que es una costumbre de por aquí», razonaba un turista.

La noticia de La Voz de Galicia sobre los daños en As Catedrais corrió ayer como la pólvora. A pie de playa y en las redes sociales abundaban las críticas. «Me ofrezco a trabajar como guardia jurado gratis»; «esto es un escándalo»; «se veía venir, me da pena y vergüenza»; «hemos llegado a un punto de no retorno»... Los comentarios eran inagotables.

Tras el estupor por las pintadas, el Concello se declaró impotente para actuar y se refirió, una vez más, a la colaboración imprescindible de las otras administraciones. La respuesta de la Consellería de Medio Ambiente, ayer, fue recordar las medidas que adoptó hace unas semanas: contratar guías e instalar carteles informativos y de advertencia.

«A Xunta é consciente de que a masiva afluencia de visitantes en períodos puntuais, representa un risco para a conservación dos hábitats e formacións xeolóxicas, polo que se puxeron en marcha unha serie de actuacións inmediatas para a ordenación do uso público no monumento natural, de xeito que sexa compatible a conservación dos seus valores ambientais e o aproveitamento sustentable do recurso turístico», señalaron desde la Consellería.

Pero estas medidas parecen insuficientes. La clave para resolver el problema quizá pase por el plan de conservación, un instrumento de plantificación que, indica Medio Ambiente, «establecerá o réxime de usos e limitacións necesarios para a conservación de este medio natural, e será vinculante para as administracións públicas e particulares». Asegura que es «unha prioridade» para la Xunta, que se tramitará «canto antes».