Choque angloalemán por el desmadre estival en Mallorca

SOCIEDAD

«The Telegraph» respondió con esta imagen de los turistas germanos.
«The Telegraph» respondió con esta imagen de los turistas germanos.

La crítica por parte del diario germano «Bild» a las costumbres veraniegas británicas sirvió como detonante de un ataque cruzado entre ambos países por sus respectivos comportamientos como turistas en la isla balear

06 ago 2014 . Actualizado a las 14:00 h.

La crítica por la fiesta perpetua de algunas localidades de veraneo en Mallorca, véase la polémica Magaluf, ha cruzado desde el Mediterráneo hasta llegar al norte de Europa. Y han sido los principales periódicos alemanes y británicos -cuyos ciudadanos son mayoría en el cómputo de turistas de las Baleares- quienes se han enzarzado en una guerra de titulares y viñetas para demostrar que en vacaciones los germanos son más bestias que los británicos y viceversa.

En fechas recientes saltó el escándalo tras conocerse casos de discotecas que ofrecían copas gratis a mujeres por realizar felaciones a la clientela. Estas fiestas desfase que aúnan sexo y alcohol a raudales y en donde son visibles también las drogas, son demasiado habituales en las islas y ahora están en entredicho. A ello hay que sumar que los residentes de algunas de las poblaciones turísticas están hartos de visitantes de pésima calidad y nula moralidad.

Todo comenzó cuando un periódico, el diario alemán Bild, publicó un reportaje que contenía viñetas en las que se criticaba el «desembarco» inglés en la isla. Un listado de tópicos en los que no faltaba el zumo de cebada, el moreno a lo camarón entre tatuajes o la facilidad de los británicos para desnudarse, hábito que definen como síndrome del príncipe Harry. En el dibujo que proporcionó el rotativo de mayor tirada de Alemania se tacha a los británicos de adictos a las bebidas baratas y amantes del balconing.

La respuesta no se hizo esperar. La afrenta cruzó el Canal de la Mancha. The Telegraph y The Sun lanzaron su versión de cómo son los alemanes: Aburridos y arrogantes. «Al menos nosotros no robamos tumbonas», apuntaban. Tan organizados pintan en la viñeta a los alemanes que estos parecen incapaces de disfrutar de sus vacaciones.

La guerra para colocar al vecino el sambenito de animal ha estallado. Mientras, Mallorca suspira por que la tramontana haga regresar la calidad turística a la isla.