Europa da libertad a cada país para vetar o cultivar transgénicos

R. R. García REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El acuerdo permitirá desbloquear el proceso para autorizar nuevas variedades

13 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Europa ha decidido lavarse las manos con los transgénicos y dejar a cada país la libertad para cultivar o no las polémicas semillas de organismos modificados genéticamente. El acuerdo, aprobado ayer por el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE, y que aún deberá ser ratificado por la Eurocámara, disgusta por igual tanto a los defensores como a los detractores de estos productos, pero en la práctica servirá para desbloquear los procedimientos de autorización de nuevos cultivos. En Europa no están prohibidos, pero desde 1998, en el que se aprobó el maíz MON 810 resistente al taladro, no se volvió a conceder ningún otro nuevo permiso debido al desacuerdo entre los Estados. De esta forma, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria seguirá encargándose de evaluar los riesgos para la salud y el medio ambiente antes de que, si son seguros, la UE les dé su autorización, pero luego será cada país el que decida si los cultiva o los prohíbe en su territorio.

«Para España es importante el avance que se ha logrado, llevábamos mucho tiempo tratando de desbloquear la situación actual», destacó ayer la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina. No en vano España es, con muchísima diferencia, el país con mayor número de hectáreas cultivadas del maíz MON 810. Los transgénicos ocupan 136.000 hectáreas, lo que supone algo más del 90 % del conjunto de los cultivos que en la actualidad existen en la UE.

La medida fue criticada por la multinacional de semillas Monsanto, que considera que la propuesta de los ministros de Medio Ambiente es «populista» y que no debería hacer más «caso omiso a la ciencia». Entiende que concedería a los Estados opuestos a los OGM la posibilidad de restringir o prohibir su siembra «por motivos no científicos» a pesar de que, según la compañía, los expertos de expertos de Seguridad Alimentaria hayan avalado previamente su seguridad. Por contra, Amigos de la Tierra tilda el acuerdo de «regalo envenenado» y dice que servirá para «dar voz y voto» a las empresas en las decisiones sobre transgénicos.