Más realidad que utopía

SOCIEDAD

29 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En la actualidad, la tecnología automovilística nos deja experimentar la conducción autónoma a ratos. Ya existen modelos que mantienen la velocidad y distancia respecto a los otros coches que circulan en el mismo sentido y que al mismo tiempo son capaces de mantener la trayectoria por el carril sin que el conductor maneje ningún mando. Además, esos coches son capaces de frenar solos cuando detectan la presencia de peatones, ciclistas o animales en la trayectoria del vehículo. Ni que decir tiene que el sistema de posicionamiento por GPS permite también elegir los trayectos hasta el punto de destino. O sea, que ya existen los elementos del cóctel para el coche autónomo, ahora solo falta combinarlos. Mercedes ya avanzó hace un año un primer test de más de cien kilómetros por carreteras abiertas al tráfico sin la intervención del conductor más que para poner la llave de contacto.

Seguramente Google, que tiene la otra parte del puzzle, tiene la mejor posición para asociarse con alguna marca de automóviles con el fin de adelantarse en la que podrá ser la tecnología clave para el futuro del automóvil.

La conducción autónoma podría resultar fundamental en la seguridad vial. Los coches interconectados entre sí y con la propia carretera no dejarían margen para el error humano, presente en la mayoría de los accidentes. Con eso y con los coches de emisiones cero que ya vienen en camino, el automóvil tendría ganado el reto del futuro.