«La realidad es que es uno de los negocios más rentables»

a. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

12 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Guste o no, la pornografía on-line está ligada al propio desarrollo de Internet, sostiene Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas.

-¿Le sorprende la existencia de esos 700 millones de páginas web pornográficas?

-No, porque ya los primeros contenidos que aparecieron en Internet eran de ese tipo. Tal vez sea políticamente incorrecto, pero la realidad es que la pornografía es uno de los negocios más rentables de la Red y está ligada al propio desarrollo de Internet. También en España.

-¿Y a qué obedece semejante avance?

-Sin duda a las facilidades de acceso. Supuso la posibilidad de disfrutar de determinados contenidos sin necesidad de pasar por el quiosco, desde el anonimato. Sumemos a eso, ahora, la opción de la interactividad, vía redes sociales. Pero el proceso es similar al que España ya vivió con la llegada de la Democracia.

-¿A qué se refiere?

-El porno en Internet es un fenómeno parecido al de las revistas en los quioscos, solo que 15 o 20 años más tarde.

-¿Tiene límites ese avance?

-Claro, delgadas líneas rojas en las que a veces es difícil ver la legalidad. Hemos asistido a prácticas abusivas, como spam, virus asociados... En cuanto a la pederastia, la amenaza está ahí, aunque también es cierto que Internet se ha revelado como una buena herramienta para combatirla. Pero el desarrollo es imparable. De hecho hay un nuevo mercado, el porno on-line amateur, que está compitiendo con la industria tradicional.

-Si hay tanta oferta es porque existe una demanda.

-Siempre ha sido así. Al principio, casi lo único que daba dinero en Internet era la pornografía. De hecho, muchas empresas on-line aguantaron gracias a eso. Los banners publicitarios, por ejemplo, los inventaron ellos.

-¿Le parece que está suficientemente desarrollado el control parental?

-Ninguno puede garantizar que el niño no esté ahí, como no se puede garantizar que no vea pornografía en el lateral de un quiosco. Padres y tutores son los que deben controlar siempre el acceso de los menores.