El plan director de Rías Baixas apuesta por el mercado nacional

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

SOCIEDAD

Recomienda una estructura comercial y marcas conjuntas para crecer

24 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Rías Baixas se ha sometido con éxito a un chequeo y ahora tiene ya la receta para afrontar los próximos cinco años. El plan director de la denominación de origen, elaborado por la Escuela de Negocios de la Fundación Novacaixagalicia, traza los retos que debe afrontar en el horizonte del 2018. Tras una década centrados en la apuesta internacional, ahora el mercado nacional es, sin descuidar las exportaciones, la gran oportunidad para consolidarse en un escenario cojo en comunidades con tradición vinícola, como Andalucía, Cataluña, o Madrid.

El presidente de la denominación de origen, Juan Gil de Araújo, explicó durante la presentación del documento ayer en Pontevedra que «el plan director constata que estamos mejor de lo que nosotros nos creíamos pero, es cierto que conseguimos logros fuera de España, pero en el mercado nacional no tenemos la dimensión que nos corresponde». A la estrategia de márketing de Rías Baixas, se sumó una coyuntura económica que «desinfló el mercado nacional», apuntó el director de la Escuela de Negocios de la Fundación de Novacaixagalicia, Eduardo García Erquiaga. El trabajo de la denominación de origen durante los últimos años le ha llevado a tener una carta de presentación reconocida, que la sitúa entre las DO mejor valoradas de España. Ahora está en el mejor momento para afrontar con éxito una expansión nacional cuando el mercado interior se reactive. Es su gran oportunidad.

El plan director recoge también un decálogo de futuro que refuerza la idea de desarrollar unas estructuras comerciales y marcas conjuntas para poder crecer en el mercado nacional y avanzar en el internacional. «Hay que buscar fórmulas de comercialización de las bodegas. En los planes de escucha hemos oído en varias ocasiones que no encuentran el vino», señala Eduardo García, quien pretende que en los próximos cinco años el albariño haya penetrado en todos los nichos de mercado. Su principal bestia negra eran y son los vinos de Rueda. Rías Baixas tiene una asignatura pendiente con ellos al no acabar de cuajar el modelo de copa de las vinotecas. Conquistar estos locales bajo el paraguas de la denominación abriría las puertas a muchos bodegueros pequeños en el mercado nacional.

Una evolución imparable

La presentación del nuevo trabajo ayer en Pontevedra valió para hacer un diagnóstico de cómo funcionó el primero, elaborado por los mismos autores en el 2002. La presencia de Rías Baixas ha ganado peso en el mercado, especialmente en el sector de la alimentación donde ha pasado de tener una presencia del 46 % al 99 %, mientras en la restauración el incremento ha sido del 4 %, en cifras globales.

Con la vista puesta en el 2018, el objetivo de la denominación de origen para estos años es llegar a esa fecha con una venta de entre 30 y 40 millones de botellas de vino (cerca de 30 millones de litros) y una facturación próxima a los 180 millones de euros. Hace diez años, Rías Baixas vendía tan solo ocho millones de litros y tenía un censo de 5.500 viticultores. Hoy suman ya 6.700 y Rías Baixas genera cerca de 7.700 empleos en las cinco subzonas, siendo la de O Salnés la mayoritaria.