La vida marina en El Hierro, mejor que antes de la erupción del volcán

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Imágenes del minisubmarino «Liropus» muestran que casi todo el edificio volcánico está siendo recolonizado por plactón, pulpos y calamares

15 abr 2014 . Actualizado a las 22:24 h.

La vida está regresando tan rápido a los fondos que en 2011 arrasó el volcán submarino de El Hierro, que la base de la cadena trófica, el plancton, se encuentra ya mejor que antes de la erupción. El Instituto Español de Oceanografía (IEO) difundió la pasada semana las imágenes de alta resolución filmadas hace unas semanas directamente sobre el volcán por su minisubmarino robotizado «Liropus», que muestran como casi todo el edificio volcánico, desde su base a 350 metros de profundidad, hasta casi su cima, 88 metros bajo la superficie, está siendo recolonizada «a pasos agigantados».

Las imágenes confirman lo que ya venían observado los científicos de «Vulcano», una campaña científica que vigila con regularidad los cambios que se están produciendo en la zona, con la colaboración del propio IEO, las dos universidades canarias, el Banco Español de Algas y el Museo de Ciencias Naturales de Tenerife. El investigador del IEO Eugenio Fraile, coordinador de la campaña, ha señalado a Efe que desde el final de la erupción (en marzo del 2012) ya se comprobó que el mismo volcán que había aniquilado inicialmente cualquier muestra de vida en esa zona del Mar de Las Calmas había aportado al agua ingentes cantidades de compuestos fertilizantes que iban a facilitar un rápido regreso.

«La sorpresa ha sido que no solo el primer eslabón de la cadena trófica, el fitoplancton y el zooplancton, está completamente recuperado, sino que ya tenemos organismos ligados a toda la columna de agua. Hemos podido ver peces mayores, incluso pulpos y calamares que están colonizando el nuevo ecosistema», relata Fraile. Este investigador subraya que la presencia de esas especies, atestiguada por las imágenes del «Liropus», no se la esperaban, porque su pronóstico era que a estas alturas (dos años después del fin de la erupción, pero con algunos puntos de emisión de CO2 al mar todavía activos) las muestras de vida iban a ser fundamentalmente plancton y especies marinas ligadas al fondo. «Pero no esperábamos esos elementos tan grandes que están ocupando las oquedades de todo el volcán submarino», enfatiza.

Ritmo homogéneo excepto a 200 metros del cráter principal

El regreso de la vida a la zona se está produciendo a un ritmo casi homogéneo en casi todo el edificio volcánico submarino, salvo en un radio de unos 200 metros alrededor del cráter principal, donde las emisiones de CO2 todavía alteran las condiciones del agua. En ese radio, el retorno de los organismos vivos al ecosistema va a un ritmo «más lento», pero también se está produciendo, porque el volcán submarino sigue emitiendo, a pulsos, compuestos de hierro «que siguen fertilizando esos fondos», explica Eugenio Fraile.

«Los zooplanctólogos que llevábamos a bordo del Angeles Alvariño -el buque del IEO que realizó la última inspección de la zona- nos dicen que la biomasa de fitoplancton está muchísimo mejor que antes de la erupción submarina. El colorido también es mucho más fuerte que antes», subraya este investigador.