Ahora las solteras se lo montan sin el boy

SOCIEDAD

XOAN CARLOS GIL

Las despedidas se animan en la sorpresa y el buen rollo

06 abr 2014 . Actualizado a las 20:41 h.

A Cecilia la asaltaron sus amigas en la puerta de su casa: «¡Venga, haz la maleta, que nos vamos de despedida!» y aun con el shock en el cuerpo dice que es la mejor sorpresa que le han podido dar para abandonar un estado, el de la soltería, que ella mudará el 17 de mayo. Ese día se casa con Antonio, su novio de toda la vida (llevan diez juntos) en una ceremonia clásica, de iglesia y convite, a la que solo están invitados los más íntimos. Ella es de Monforte, y sí, es la presidiaria que sale en portada con cara de me acordaré de esta noche siempre. Y no porque piense que va a ser la última divertida antes de entrar en la ?cárcel? del matrimonio. Los tiempos son otros y las juergas se pueden vivir de muchas maneras, pero probablemente en ninguna hará tanto el ridículo como en esta. Lo dice ella, con la voz ronca del domingo, después de un fin de semana armado en la proeza de una yincana.

Ahora las despedidas de solteros y solteras son así. No aptas para sedentarios. Un segundo carnaval que se abre en el mes de abril y se cierra a finales de septiembre con la máscara del disfraz como seña de identidad. Ya no se lleva eso de contratar un boy o una estríper ni montarla como en el último resacón en Las Vegas, sino de pasar un par de días de buen rollo con infinidad de planes como oferta.

Media de 80 euros por cabeza

De eso sabe mucho Pablo García, que desde hace 8 años se dedica a organizar despedidas de solteros en Galicia (Animación Galicia, DespedidasVigo.com) y ha visto cómo los excesos de músculos y tangas han dado paso a otro modo de diversión: «La gente ahora quiere aprovechar el dinero y no perderlo en 20 minutos de un show de un boy o de un estriptís. Además para muchos eso tenía y tiene un punto de mal gusto del que quieren huir. La media que se suelen gastar es de 80 euros, y por ese dinero ya consiguen salir a cenar, alojarse en otra ciudad e incluso contratar una limusina para darse un paseo de noche».

Esa es la opción que escogieron las amigas de Cecilia, aunque en su caso, como en otros muchos, se trata de que el novio o la novia se sonrojen al máximo. A Cecilia (que empezó en Ourense, comió en A Cañiza y durmió en Vigo) la disfrazaron tres veces. Primero, a lo Eva Nasarre, cada vez que la sometían a alguna pregunta y no se la sabía le tocaba dar una master class de gimnasia con el megáfono del coro de amigas; después como una maruja con rulos repartió globos y galletas por un centro comercial de Vigo, y como broche final la noche la rayó en una presidiaria protegida por el grupo de policías para seguir la fiesta. «Ellas -explica Paloma Quintana, de Tu mejor despedida, se decantan más por los balnearios o un fin de semana en una casa de turismo rural, ellos siguen prefiriendo la discoteca». En esta tendencia mimética, las protagonistas de Sexo en Nueva York han hecho mella en ellas. ?Aún les sigue influyendo y muchas eligen un reservado en algún pub y hacen alguna sesión de tupper sex, pero la mayoría se decantan por preparar muy bien el disfraz e ir monas?.

Si el dinero estira, entonces Ibiza o Londres son el centro de la diana de la fiesta, pero si no, Gijón destaca por la proximidad con Galicia y por la cantidad de negocios especializados en despedidas que hay allí. Hoy el 90 % se organizan fuera de la ciudad de origen. A Coruña, Sanxenxo, Baiona y Vigo son el reclamo de los gallegos (también de asturianos, leoneses y portugueses) por la posibilidad de abrirse al mar. ?Los chicos en general van más sobre la marcha, ellas lo organizan al milímetro y por eso miran muy bien cómo poder disfrutar un poco de todo, o balneario, o beauty party, donde te dan clases de maquillaje, te peinan... o pasar una tarde divertida al sol en un barco. De cada 100 despedidas que hacemos, 80 son de chicas y 20 de chicos?, explica Pablo García.

En su opinión, en estos últimos siete años, aunque ha bajado el número de bodas en Galicia (de 14.000 a 9.000, según datos del INE), las despedidas han remontado en la diversidad. Hay para todos y de todos los gustos, pero la tendencia es estrujar al máximo la economía. «Se han sacado las cosas que no aportaban valor -añade Pablo-, pero no el encanto de la sopresa y las ganas de pasarlo bien. Ahora también está muy de moda contratar a un actor para que haga de camarero infiltrado y anime de otra forma la cena».

Que se lo digan a Cecilia, que tiene agujetas de reírse. Pese a su timidez, se dejó llevar en volandas por el cariño de sus amigas y solo tiene palabras de agradecimiento para ellas. «Hice el ridículo, sí, pero cerré los ojos un segundo y al verlas a todas allí, una vino de Barcelona, otra de Tenerife... me dio un subidón. Esto solo pasa una vez en la vida. Y además la sorpresa ahora se la voy a dar yo:?¡Hemos hecho una fiesta de portada!». Que no falte el sentido del humor.