«Perdí a mi bebé y mi útero, pero tengo derecho a ser madre»

Alfonso Andrade Lago
a. andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

«Si la medicina puede solucionar estos problemas, la ley debe ampararnos», reivindica esta mujer lucense

23 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace un año y medio, un síndrome de Hellp dejó diez días en coma a Marta López Abeledo (Lugo, 1981), segó la vida de su bebé en la semana 38 de embarazo y le hizo perder el útero, por lo que no puede ser madre biológica. Ahora preside la Asociación por la Gestación Subrogada en España, con la intención de que se legalice esta vía, pues reclama su derecho «a ser madre»

-¿Hay algo más duro para una madre que perder un bebé a las 38 semanas de embarazo?

-Ya tenía comprada la cuna, su ropa..., hecha la bolsa para ir al hospital..., pero al menos ahora ya puedo hablar de todo esto sin llorar. Me moría. En la ambulancia, de Lugo al Chuac coruñés, me dijeron que no pasaría de Guitiriz, pero lo primero que pregunté al despertar del coma fue cómo estaba mi hija.

-¿Por qué pelea por la legalización de la gestación subrogada?

-Es una técnica de reproducción asistida que funciona muy bien en Estados Unidos desde hace más de treinta años, pero cuesta bastante dinero ir hasta allí y no puedo hacer frente a ese gasto, igual que mucha gente. Por eso quiero que sea legal en España. Supuestamente, tener un hijo es una decisión libre, pero a mí se me limita en edad de ovular. En cambio, una mujer de 50 años puede acudir a donantes de óvulos y esperma y ser madre. Es una discriminación.

-Cuando existen medios técnicos para ello.

-Perdí a mi bebé y mi útero, pero tengo derecho a ser madre. Si la medicina puede solucionar estos problemas, la ley debe ampararnos. ¿Por qué no lo hace? Se te derrumba la vida entera al saber que no puedes ser madre biológica, pero existen alternativas. Lo que ocurre es que hay un profundo desconocimiento sobre la gestación subrogada, con la creencia absurda de que detrás funciona una compra-venta.

-¿Pensó en adoptar?

-Barajo esa opción, pero también es cara y no hay facilidades.

-¿Conoce otros casos?

-Al principio pensé que estaba sola, pero en las redes sociales te encuentras muchas historias peores que la mía. Algunas mujeres no quieren contar que no pueden ser madres. A mí, sin embargo, me ha ayudado.