Polémica por el sacrificio de una jirafa en un zoo de Copenhague

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SOCIEDAD

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El joven ejemplar fue sacrificado por cuestiones genéticas, descuartizado delante de niños y luego acabó alimentando a los leones del zoo

11 feb 2014 . Actualizado a las 02:21 h.

La jirafa Marius se ha convertido en el objeto de debate más enconado en Dinamarca. El sacrificio del joven ejemplar en el zoo de Copenhague, en contra de una campaña mundial por internet, ha generado todo tipo de reacciones. Tanto por el hecho en sí de la jirafa como por las forrmas: después fue diseccionada delante de niños en un acto didáctico del mismo zoo, y partes de su cuerpo acabaron alimentando a los leones del recinto en la capital danesa.

Los internautas daneses manifestaban el lunes su disgusto por la ola de indignación mundial causada por la eutanasia de Marius por razones genéticas. «El mundo se volvió loco. ¿Piensan que los leones comen coles de Bruselas?», preguntó el periodista Kristian Madsen, del diario Politiken. «Marius tuvo un buen lugar para vivir en el zoológico durante un año y medio. Vivió y ahora los leones están contentos y saciados», opinó Mikkel Dahlqvist, un consultor en relaciones públicas.

Para muchos daneses, la reacción del resto del mundo fue hipócrita y políticamente correcta. «¿Cómo la gente puede ponerse en tal estado cuando existen el cáncer, la guerra en Siria y el Partido Popular (extrema derecha anti-inmigrantes)», preguntó Dorte Dejbjerg Arens, que trabaja en el sector del turismo.

La escasa emoción registrada en Dinamarca ante la eutanasia de la jirafa a la que se le hizo una autopsia en público, en presencia de muchos niños, puede explicarse por razones culturales, explicó Peter Sandoe, profesor de bioética en la Universidad de Copenhague. «El sentimiento general aquí es que es normal tener y matar animales mientras se los trate bien», dijo Sandoe, que destacó la debilidad relativa de los defensores de los animales en Dinamarca.

A través de un vídeo distribuido por el propio zoo e puede ver a un operario de la instalación iniciando la autopsia de Marius delante de niños pequeños. Se le cortan las extremidades en una especie de clase de biología, y luego se explica que partes de la jirafa acabarán alimentando a los leones del mismo zoo.

Al negarse a castrar o dar contraceptivos a los animales que alberga, el zoo de Copenhague respeta su misión que consiste en preservar las especies, más que los individuos, y contribuir al conocimiento de la vida salvaje. El lunes, el zoológico de Moscú condenó la eutanasia de Marius diciendo que se trata de un «método de selección extremadamente cruel».

El zoológico de Copenhague no es el primero hacer una autopsia pública de los animales. El museo de historia natural de Aarhus lo hace en forma regular durante las vacaciones escolares, indicó el diario Politiken, que indica que las autopsias públicas se hacen en general ante un público de unas 7.000 personas. Las dos principales asociaciones danesas de defensa de los animales, Dyrenes Beskyttelse y Anima, ignoraron la campaña en favor del bebé jirafa Marius, que recogió miles de firmas en internet.