Australia descubre las agresiones y violaciones a huérfanos en un centro del Ejército de Salvación

sídney / afp

SOCIEDAD

Oficiales de alto rango sodomizaron a niños con una manguera de jardín, los encerraron en jaulas al aire libre y los golpearon salvajemente

29 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Oficiales de alto rango del Ejército de Salvación sodomizaron a niños con una manguera de jardín, los encerraron en jaulas al aire libre y los golpearon salvajemente, según los casos detallados ayer en una investigación judicial en Australia.

Una comisión empezó a escuchar los testimonios denunciados en cuatro orfanatos entre 1966 y 1977 que el abogado principal, Simeon Beckett, calificó de «perturbadoras». La comisión fue establecida por el Gobierno tras los escándalos de abusos sexuales por parte de curas católicos, pero ahora va más allá y examina acusaciones similares en lugares de culto, orfanatos, grupos comunitarios y escuelas.

Beckett dijo que en los hogares del Ejército de Salvación, «los niños eran frecuentemente golpeados con el puño cerrado, tirados con fuerza al suelo y contra la pared» o azotados con bastones o correas hasta que sangraban. «Un oficial dislocó el hombro de un niño durante un castigo que consistía en golpearle los testículos con una cinta de cuero», dijo.

Beckett explicó que los abusos sexuales y castigos corporales eran frecuentes. Tras un intento de fuga, un niño fue castigado con la inserción «de una manguera en el ano» y «colocado en una jaula en el porche del centro durante una semana» después de denunciar a un compañero por abusos. «Cuando fue liberado de la jaula fue sodomizado a la fuerza por un mayor», agregó el abogado.

Tragar el vómito

A otros les hicieron tragar detergente, les quemaron con cigarrillos o les forzaron a tragarse su propio vómito, y uno fue arrastrado de su cama durante la noche y violado por el mayor Lawrence Wilson, calificado de «brutal y diabólico».

Según Beckett, el Ejército de Salvación pagó 770.000 euros en indemnizaciones a víctimas de Wilson, fallecido en el 2008. Este organizaba cada día un «desfile repugnante» en el que elegía a niños para inspeccionarlos físicamente en privado y agredirlos sexualmente.

Las autoridades recibieron hasta la fecha 157 denuncias contra el Ejército de Salvación, 130 de las cuales desembocaron en una disculpa y una indemnización económica.

Kate Eastman, abogada del Ejército de Salvación, ofreció una «disculpa sin reservas» por las «horripilantes experiencias de las víctimas».