Gallegas entre costuras

Alfonso Andrade Lago
alfonso andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

CESAR QUIAN

Mujeres de treinta a cuarenta años abarrotan los cursos de corte y confección tras el éxito de la serie de televisión y de la propia novela de María Dueñas

13 ene 2014 . Actualizado a las 11:10 h.

En la academia viguesa Pin Factory, las alumnas se marchan una hora antes los lunes para llegar con margen a su cita con la tele: la serie El tiempo entre costuras, adaptación de la novela de María Dueñas. «No paraban de hablarme de ella y tuve que ver un capítulo para saber al menos de qué va», explica la profesora y directora del centro, Beatriz Novas.

Como ella, profesionales del sector coinciden en esta apreciación: las gallegas abarrotan los cursos de corte y confección porque quieren aprender a coser a máquina tras el éxito de la serie y el propio libro. «Es un bum -enfatiza Novas-, nos llega gente que no sabe ni poner un botón, pero en unos días ya está haciendo faldas».

Claro que las máquinas no tienen mucho que ver «con aquellas chuchuchú» que maneja la elegante Sira Quiroga, la protagonista. «Pero no importa, es increíble lo que saben las chicas de máquinas nuevas. Conocen todos los modelos y sus precios», se sorprende la propietaria de Pin Factory.

El fenómeno se produce en toda España. De hecho, Amazon.es ha confirmado unos datos espectaculares: la venta on-line de máquinas de coser subió un 135 % desde la emisión y los mayores picos de facturación coinciden a partir de las diez de la noche.

Con todo, el bum de las técnicas de costura, no solo el corte y confección, es anterior a la novela, pues arranca con el auge de la tendencia do it yourself ('háztelo tú mismo'). «Lo de la costura es una locura desde hace años, como el ganchillo, los cursos de patronaje...», precisa Lucía Ruiz de Aguirre, responsable de la coruñesa Como Molo. Esta, en origen, era una empresa de diseño que no iba bien «y, sin embargo, todo el mundo me pedía que le diese clases, así que decidí cambiar el negocio». Casi todas sus alumnas son mujeres «de 33 a 35 años que encuentran en la costura un pasatiempo para desintoxicarse del trabajo». Sus discípulas son también críticas implacables de la serie de televisión. «Con frecuencia me dicen que la protagonista ¡no sabe coser!», bromea.

Otra firma de éxito, La Rueca Patchwork, nació en Narón como la primera tienda de labores de Galicia. Diez años después triunfa también en A Coruña. Su fundadora, Raquel Sueiras, constata que cada vez hay más interés por el ganchillo o el patchwork, una especie de colaje. «Quizá ahora despunte más gracias a El tiempo entre costuras, pero todo esto lleva varios años de moda porque la gente lo usa para desestresarse», explica.