El lío judicial de la familia de Letizia Ortiz

SOCIEDAD

El padre, la abuela y una tía de la princesa están imputados por un presunto delito de alzamiento de bienes, y su hermana no pagó las costas de la demanda que presentó contra la prensa

29 dic 2013 . Actualizado a las 19:14 h.

Las andanzas de Iñaki Urdangarin traen de cabeza a la familia real. En su reciente discurso de Nochebuena, el rey don Juan Carlos tuvo que referirse al daño que hacen los casos de «falta de ejemplaridad» en la vida pública. En esas palabras se incluyen los casos de corrupción política, pero también los que afectan a su yerno y a su hija Cristina en el caso Nóos. El asunto ha hecho que los príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, marquen distancias con los duques de Palma, con los que evitan aparecer en público. Esa misma exigencia de ejemplaridad no parece aplicarse, sin embargo, a la familia de la princesa Letizia, envuelta en varias polémicas judiciales. La última de ellas, el presunto delito de alzamiento de bienes cometido por varios miembros de la saga, que se hizo público en vísperas de Nochebuena.

Un juez de Cangas de Onís (Oviedo) ha abierto diligencias al apreciar indicios de delito en la actuación de la abuela de Letizia, María del Carmen Álvarez Valle, su padre, Jesús Ortiz, y su tía Henar Ortiz. El origen del caso está en la deuda de 22.600,73 euros contraída por la empresa Henarmonía, propiedad de Henar Ortiz. La acreedora, Sandra María, reclamó el pago por vía ejecutiva. Tras ser requerida la tía de la princesa para que designara los bienes a embargar para hacer frente a la deuda, intentó, con la connivencia de su hermano Jesús, padre de Letizia, y de la abuela, María del Carmen Álvarez, poner a salvo parte de su patrimonio para no pagar.

El 22 de febrero del 2012, el fiscal presentó una denuncia contra los tres que, tras ser archivada en el juzgado de Cangas de Onís, fue recurrida en la Audiencia Provincial de Oviedo, que ordenó la reapertura del caso. Ahora, el juez considera «indiciariamente», que la tía de Letizia «procedió, con la colaboración, consciente o no, de su madre, María del Carmen Álvarez Valle, y hermano, Jesús Ortiz Álvarez, a sustraer de la posible vía de apremio el único bien conocido de su propiedad y cuya realización era susceptible de cubrir el importe adeudado a la denunciante, cifrado en 22.600,73 euros». Ese bien es una finca en Sardeu, en Ribadesella, valorada en 34.700 euros que el abuelo de la princesa había legado a sus hijos. Jesús Ortiz y su hermana Henar la pusieron a nombre de su madre en pago de una supuesta deuda para evitar así que fuera embargada. El juez les imputa a los tres por ello un delito de alzamiento de bienes, previsto en el artículo 257 del Código Penal.

No es esta la primera polémica en la que se ven envueltos familiares de Letizia. Las deudas, y las consecuencias de su impago, parecen perseguir a esta saga. Telma Ortiz, hermana de la princesa de Asturias, ya fue acusada de morosa. La modista catalana Gracia Galindo la reclamó en su día 3.000 euros por un vestido y unos zapatos que lució en una celebración previa a la boda de los príncipes y que nunca pagó. La costurera declaró que no demandó a Telma porque su abogado se lo desaconsejó. «Entre unas cosas y otras, me costaría bastante más», dijo Galindo, que no se cortó al asegurar que no solo la debía a a ella, sino también a otros modistos de Barcelona a los que encargaba sobre todo bolsos. «Pedía que le grabasen su nombre, enviaba un chófer a recogerlos y ahí se acababa la historia», declaró.

Telma no pudo escapar, sin embargo, del pago de otra deuda. La hermana de la princesa Letizia y su pareja de entonces, Enrique Martín Llop, solicitaron medidas cautelares contra una treintena de medios de comunicación, a los que demandaron para impedir que les fotografiaran. La titular del juzgado de Toledo en el que se presentó la demanda la desestimó por su «inviabilidad jurídica». Telma y su pareja apelaron ante la Audiencia Provincial de Toledo y volvieron a perder, con la consiguiente imposición de las costas del juicio. Fueron 500 euros por cada medio demandado. En total, más de 15.000 euros. Telma no hizo frente a esos pagos hasta que fue demandada por uno de los medios. Al ser consciente de que iba a ser embargada, terminó por pagar 470 euros a este periódico, aunque no los intereses, que siguieron reclamándose.

Paloma Rocasolano fue sorprendida copiando

No todas las polémicas protagonizadas por la familia Ortiz Rocasolano han acabado en los juzgados, aunque todas ellas han causado problemas y algo de bochorno a la familia real. La madre de doña Letizia, Paloma Rocasolano, protagonizó un sonoro escándalo en la UNED, en donde estudió Historia del Arte. La suegra del príncipe de Asturias fue sorprendida copiando en un examen sobre la Historia de Grecia mediante el conocido método de la chuleta. El incidente ocurrió en el 2004, cuando los príncipes ya eran novios, pero antes de celebrarse la boda.

Lo peor fue que, según declararon a la prensa algunos de los testigos del episodio, Paloma Rocasolano se encaró con la profesora que la había sorprendido con la chuleta en la mano. «Usted no sabe con quién está hablando», aseguran que dijo la madre de la que algún día será la reina de España. El incidente no tuvo mayores consecuencias, más allá de que a Paloma Rocasolano le corrió una convocatoria de aquel polémico examen de historia.

El otro gran escándalo que ha afectado a la saga Ortiz Rocasolano es la publicación del libro Adiós princesa, escrito por el David Rocasolano, primo hermano de Letizia, en el que se vierten duras críticas no solo contra la propia familia de la princesa, sino contra varios miembros de la familia real. El autor del libro llega a tachar de «maleducado» al rey don Juan Carlos; asegura que los parientes de Letizia son constantemente menospreciados en la Zarzuela e insinúa incluso que en la muerte de Érika, la hermana la esposa del heredero al trono que se suicidó en el 2007, tuvo mucho que ver el hecho de sentirse abandonada. El libro contiene incluso fotografías del príncipe de Asturias y de su esposa tomadas en un distendido ambiente familiar.