Educación: ¿invertir o reforma?

daniel roldán MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Una profesora impartiendo clase en un instituto de Helsinki. Finlandia sigue en los primeros puestos del informe PISA.
Una profesora impartiendo clase en un instituto de Helsinki. Finlandia sigue en los primeros puestos del informe PISA. KIMMO BRANDT < / span>efe< / span>

Seis de los diez primeros países con mejor puntuación en el informe PISA aumentaron la dotación por alumno en la última década más que España

08 dic 2013 . Actualizado a las 19:46 h.

«Gastar más no garantiza mejores resultados». «No se puede equiparar rendimiento con inversión en gasto». «Hay países que han mejorado en rendimiento sin aumentar la inversión». Estas son algunas de las afirmaciones repetidas como mantras desde la OCDE y el Ministerio de Educación tras conocer los resultados del informe PISA 2012 esta semana.

La OCDE reconoce que el gasto en educación mejora el rendimiento del sistema hasta alcanzar los 50.000 dólares (36.500 euros) por alumno. A partir de esa cantidad deja de tener efectos e influyen más otros factores (autonomía de los centros, rendición de cuentas, sistemas de evaluación...)

España gastó de media por alumno entre los 6 y 16 años -la edad de enseñanza obligatoria en todos los países de la OCDE- 82.178 dólares en el 2010, un 34,5% más que en el 2001. Pese a ese incremento no ha progresado en los resultados, que siguen por debajo de la media de la OCDE en matemáticas, lectura y ciencias.

Estos datos sirvieron de argumento al ministro José Ignacio Wert para desvincular la inversión de los resultados y, de paso, defender los nuevos mecanismos que recoge la recién aprobada Lomce, tales como una mayor flexibilización del sistema (adelanto de itinerarios), modernización de la FP o las evaluaciones al final de cada etapa. Sin embargo, los datos del propio estudio también dan argumentos de peso a quienes opinan que la inversión es clave. Seis de los diez países con mejores resultados en PISA (Japón, Suiza, Países Bajos, Polonia, Finlandia y Alemania) aumentaron el gasto por alumno en el periodo 2001-2010 más que España. Además, tres de los cuatro primeros países de la OCDE en PISA tienen un gasto superior por alumno que España: Japón invierte 89.724 dólares; Suiza 88.092 y Países Bajos 95.072. En relación a la inversión en función del PIB, España tampoco sale muy bien parada. En el año 2011 destinaba a la educación el 4,7% del PIB, frente al 5,3% de media en la UE, según datos de Eurostat. Países europeos con mejores resultados en PISA como Holanda o Suiza rondan el 6% y Finlandia el 7%. El nuevo líder del ranking, Corea del Sur, también superaba el 5%.

«Claro que el gasto es relevante», señala Miguel Recio, responsable del gabinete de estudios de CC. OO. «España ha tenido un gasto educativo históricamente bajo. Nunca hemos llegado a la media de inversión del PIB europeo», insiste. En su opinión, la disminución de recursos en educación está detrás del retroceso de la equidad en el sistema. Precisamente ese es otro de los puntos negros del sistema educativo español que recoge el estudio: por primera vez aumenta la influencia de los factores socio-económicos de los estudiantes para lograr buenos resultados. El ministro Wert desvinculó esa menor igualdad de los recortes porque en el momento de realizarse la prueba (abril del 2012) el Gobierno todavía no había aprobado el decreto de racionalización del gasto que produjo un ajuste de 3.000 millones de euros en educación. «Los recortes se llevan produciendo desde 2009 en las comunidades autónomas, que son las que gestionan el 95% del gasto en educación», asegura Recio. En su opinión, la reducción de becas comedor, de transporte o para libros de texto afecta sobre todo a los estudiantes con menos recursos y es la razón que está detrás de la pérdida de equidad.

Recio pronostica que por el camino de los recortes que «consolida la Lomce» los resultados del próximo PISA no serán nada halagüeños a menos que «se enseñe a los alumnos a aprobar PISA» a través de exámenes estandarizados (las famosas evaluaciones externas).