La dilatación de las orejas, de moda entre los jóvenes gallegos

Alfonso Andrade Lago
alfonso andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

Expandir el lóbulo cuesta una media de 35 euros, incluido el pendiente

09 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La técnica viene de lejos, pues los faraones egipcios usaban la expansión del lóbulo de la oreja como símbolo de rango y elevación espiritual, pero ahora ha cruzado las telarañas del tiempo para ponerse de moda entre los jóvenes. Es lo último en modificación corporal, y una de cada tres perforaciones solicitadas (pírsines) son ya de este tipo pese a que son irreversibles al llegar a unos 4 milímetros.

¿En qué consiste? Pues en dilatar el lóbulo de la oreja hasta formar un hueco. Después se coloca en él una pieza de bisutería. Hay varias técnicas, pero lo más habitual es hacer la expansión por fases. Primero se practica el agujero del pendiente (salvo que ya exista, claro) y se esperan un par de meses a que la herida cicatrice. Después se realiza la primera dilatación con unas barras metálicas que van abriendo el lóbulo y se coloca el pendiente. Otros dos meses de reposo, se repite la intervención y así sucesivamente.

Héctor González realiza esta técnica en Negra Sombra, su estudio en A Coruña. «En los tres últimos años se han puesto muy de moda las expansiones en hombres y mujeres de todas las edades», pero el perfil más habitual es el «de jóvenes de 16 a 33 años». Los menores tienen que acudir con sus padres, a los que se les pide consentimiento por escrito.

En cada sesión, «lo normal es dilatar el lóbulo unos cuatro milímetros -explica González-, aunque cada piel es diferente». Se debe «exigir siempre» que practique la dilatación un profesional autorizado por la Xunta; es decir, «con formación higiénico-sanitaria».

Perforarse por cuenta propia es arriesgado. En Negra Sombra han visto «de todo». Hasta un joven «que se había hecho el agujero con un clip, una barbaridad» con alto riesgo de infección. Según los expertos, si la técnica es correcta «no duele más que colocar unos pendientes», y si duele o sangra la herida «es que algo no va bien».

La expansión más habitual es la de la oreja, pero puede hacerse en otras zonas, como nariz o labios. El éxito entre los jóvenes se debe también a que es barata: unos 35 euros de media, incluida la pieza de bisutería.

«Las hay de materiales muy diversos», precisa Almudena Ares, que lleva en la oreja una dilatación de 3,5 milímetros. «He ido expandiéndola yo misma», añade, pero siempre con la supervisión de un profesional. Al empezar el proceso hay que utilizar solo materiales biocompatibles para evitar el rechazo; «básicamente titanio o acero». Más adelante ya se podrán usar pendientes de hueso, silicona...»