La encuesta del papa sobre la familia divide a la jerarquía

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El Vaticano quiere repartir el sondeo en las parroquias, que dinamita el sistema tradicional de comisiones episcopales

05 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Que llegue a todas las parroquias; ese es el mandato del Vaticano sobre una encuesta relativa a la vida religiosa de las familias. Parece algo sencillo, pero la jerarquía de la Iglesia lleva tanto tiempo alejada de la «periferia» que el sondeo ha generado tensiones. La conferencia episcopal de Estados Unidos ha dicho que serán los obispos los que gestionen la encuesta, mientras que la de Inglaterra ha colgado las preguntas en Internet para que responda quién así lo desee. La Conferencia Episcopal Española (CEE) se inclina por el modelo más tradicional -comisión en los obispados, envío del análisis a Madrid y resumen nacional- pero no todas las sedes episcopales se limitarán a reuniones internas. En Galicia, por ejemplo, Luis Quinteiro Fiuza, obispo de Vigo-Tui, está encantado con la iniciativa papal, y va a hacer llegar el documento a todas sus parroquias. Cree Quinteiro que aparecerá la radiografía de una Iglesia «cercana, que tiene gran riqueza, muy sugestiva y sorprendente», porque «en las parroquias ocurren cosas maravillosas, una vida interesantísima, mucho más rica de lo que creemos».

Ourense, por su parte, opta por un sistema mixto. Francisco Prieto, vicario para la Nueva Evangelización, estudia crear una comisión que reparta la encuesta en una serie de parroquias significativas -del rural, de la ciudad, de los barrios...- para obtener una visión de lo que se está haciendo, y remitirla a la CEE. Es una cuestión de forma para ser ágiles, porque no hay duda con respecto al fondo: «Si la Iglesia quiere verse a sí misma de verdad -explica- tiene que mirar a la calle con los ojos abiertos».

Y no solo escuchar lo que los fieles le dicen, que también, sino reflexionar sobre cómo los está atendiendo. Las preguntas de la encuesta son bastante complejas y vuelven una y otra vez a cuestiones que exigen un conocimiento exhaustivo del rebaño: ¿Los divorciados y vueltos a casar se sienten marginados? Las parejas gais, ¿qué solicitan para sus hijos, solo sacramentos o también catequesis? ¿Qué atención pastoral concreta tienen las parejas gais, las familias, los matrimonios en crisis...?

Quinteiro Fiuza destaca precisamente esa vertiente de la encuesta: «Es novedosa toda [su afán de llegar a los fieles y preguntar sobre cosas reales] pero yo destacaría que pone a prueba cómo lo estamos haciendo. Nos hace bajar a la realidad de la vida y reflexionar sobre lo que conocemos de esta». O, dicho por Prieto, «intenta saber cómo está caminando la Iglesia».