Lo último en turismo industrial: visitar una conservera

A. L. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Un grupo de personas durante una visita guiada a la fábrica Luis Escurís Batalla, en Pobra do Caramiñal
Un grupo de personas durante una visita guiada a la fábrica Luis Escurís Batalla, en Pobra do Caramiñal

La empresa pobrense Luis Escurís Batalla lleva varios meses poniendo en marcha con éxito la iniciativa

07 oct 2013 . Actualizado a las 04:09 h.

La oferta turística no termina con el verano, ni muere en la arena de las playas. Octubre, noviembre y diciembre son meses propicios para ocupar el tiempo libre con otro tipo de actividades que enriquecen el espíritu de todos aquellos interesados en profundizar en el acervo cultural de su tierra. El turismo industrial permite conocer in situ la realidad empresarial del tejido productivo, así como los servicios complementarios que ofrece: gast­ronomía, productos típicos, rutas...

La última tendencia en este sector es visitar una conservera, una iniciativa que lleva varios meses poniendo en marcha con éxito la empresa Luis Escurís Batalla, en Pobra do Caramiñal. Visitantes de Alemania, Holanda, Austria, pero también de regiones como Madrid, Extremadura o Asturias, además de Galicia, han pasado por las instalaciones para conocer cómo preparan y enlatan mejillones, sardinillas, agujas, ventresca, zamburiñas o berberechos, entre otras delicatessen del mar.

La actividad cuenta con el asesoramiento de la empresa Ponle Cara al Turismo, que colabora con agencias de viajes como proveedor de servicios turísticos creativos, sostenibles, participativos y sin barreras. Sandra Touza, responsable de la firma, destaca que lo que más valoran los visitantes son aspectos como «la elaboración artesana, la limpieza de las instalaciones y la alegría y el trabajo minuicioso de las trabajadoras».

El gerente de la conservera, Luis Escurís, ve positiva esta iniciativa, ya que «acerca la actividad diaria del pueblo a los turistas, ofrece un valor añadido a la zona dándoles a conocer las riquezas del mar y otorga protagonismo a las manos que hacen posible que cada conserva sea un placer para el paladar».

El turismo industrial va dirigido a un viajero curioso que tiene interés en fábricas, bodegas, minas, cen­tros de producción o talleres artesanos. El objetivo es saber qué hay detrás de cada producto, cómo se hacen las cosas o cómo se hacían en el pasado y cuál ha sido su evolución. Precisamente, la quinta edición del Congreso Europeo de Turismo Industrial se desarrollará en Ferrol del 17 al 19 de junio del 2014.