Muere el expresidente sudafricano Nelson Mandela

La Voz / Agencias

SOCIEDAD

El líder político y nobel de la paz falleció a consecuencia de una infección pulmonar que lo aquejó durante los últimos años. El funeral tendrá lugar el 10 de diciembre en el estadio de Soweto y el entierro, el 15 en su pueblo de Qunu

06 dic 2013 . Actualizado a las 19:45 h.

El largo camino de Nelson Mandela en busca de una vida mejor para todos en Sudáfrica y más allá de sus fronteras ha llegado a su fin. El expresidente sudafricano ha muerto a la edad de 95 años a consecuencia de una infección pulmonar que lo aquejaba desde el 2010 y que se agravó en los últimos meses.

El actual presidente sudafricano Jacob Zuma anunció la muerte del expresidente Mandela en un mensaje a la nación emitido directo por televisión. Nelson Mandela «se apagó», declaró Zuma, antes de un largo homenaje. «Nuestro querido Madiba tendrá funerales de Estado», añadió, anunciando que las banderas serán izadas a media asta a partir del viernes y hasta los funerales. El cuerpo del expresidente de Sudáfrica Nelson Mandela ha sido trasladado a un hospital militar en Pretoria, informó hoy la emisora pública SABC, mientras comienzan los preparativos de los funerales de Estado.

Finalmente, el funeral tendrá lugar el 10 de diciembre en el estadio de Soweto mientras que el entierro será el 15 en su pueblo de Qunu, según anunció el el presidente Jacob Zuma. «Será enterrado el 15 de diciembre en Qunu, en la provincia oriental del Cabo», declaró Zuma, quien dijo que habrá una ceremonia oficial el 10 de diciembre en el estadio Soccer City de Soweto, cerca de Johannesburgo. Los restos mortales de Mandela serán expuestos en Union Buildings, sede de la presidencia en Pretoria, del 11 al 13 de diciembre.

Mandela fue internado en el hospital de Pretoria el 8 de junio con una grave pulmonía, donde fue tratado durante casi tres meses. Desde principios de septiembre estaba de nuevo en su casa de Johanesburgo, donde lo cuidaban 22 médicos. Winnie Madikizela-Mandela había informado hace tres semanas que su ex marido ya no podía hablar. «Se comunica a través de gestos del rostro», contó Dadikizela-Mandela. Hoy mismo su nieto negaba los rumores de que la salud del ex presidente sudafricano hubiese empeorado en los últimos días y que por ello la familia había mantenido una reunión de emergencia.

La Fundación Nelson Mandela ha citado al ex presidente sudafricano, con motivo de su muerte: «Cuando un hombre hace lo que considera que es su deber con su pueblo y con su país, ya puede descansar en paz». «La muerte es inevitable», ha escrito a través de su cuenta oficial en la red social Twitter.

El primer presidente elegido democráticamente en Sudáfrica se convirtió en un icono global del autosacrificio y la lucha de resistencia contra el régimen de segregación racial del Apartheid durante los 27 años que pasó en prisión y en un ejemplo de reconciliación y perdón tras su puesta en libertad.

Toda una vida luchando por la paz racial

Nacido el 18 de julio de 1918 en Mvezo, en la Provincia Oriental del Cabo, la historia de Rolinhahla (que significa «el que sacude el árbol») Mandela es el cuento de un príncipe africano que renunció a su título en búsqueda de la emancipación de su pueblo y se convirtió en el rey de los corazones durante el proceso. Hijo de un jefe tribal del clan Tembu, uno de los que hablan lengua Xhosa, Mandela fue preparado desde una temprana edad para seguir los pasos de su padre, por lo que fue enviado a la única universidad del país para negros del momento, Fort Hare.

Desde su juventud, Mandela dedicó su vida a la lucha contra el racismo. En 1944, dos años después de licenciarse en Derecho, fundó la Liga de la Juventud del Congreso Nacional Africano (ANC, el principal partido opositor del país), junto a otros históricos dirigentes, como Oliver Tambo y Walter Sisulu. Su lucha por la igualdad de la sociedad sudafricana se exacerbó con la llegada al poder en 1948 del Partido Nacional, que impuso un régimen de segregación racial, el 'apartheid', basado en ideas propugnadas por la Alemania nazi.

Desde principios de los años cincuenta, la Liga de la Juventud llevó a cabo diversos actos de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas --que prohibían las bodas mixtas, el voto a los negros y la convivencia de ambas razas en los mismos barrios, playas o aceras y legalizaba la discriminación salarial contra los negros-- y en 1952 fue detenido por las fuerzas de seguridad en el contexto de una amplia redada del Gobierno, que ordenó el arresto de 8.000 disidentes.

Durante los años que permaneció detenido en las celdas del régimen racista del apartheid, Nelson Mandela rememoraba sus años en Qunu, donde construyó una casa cerca de las tumbas de sus padres. Tras ser liberado en 1990, Madiba encabezó, junto al último presidente del apartheid, Frederik de Klerk, el desmantelamiento pacífico del régimen racista. Esta lucha les valió a ambos el Premio Nobel de la Paz de 1993.

Elegido como presidente en 1994, Nelson Mandela afianzó desde la presidencia una improbable paz racial, después de más de cuatro décadas de dominación racista de la minoría blanca de Sudáfrica. «Nunca, nunca, nunca más puede ocurrir que este hermoso país vuelva a experimentar la opresión de unos sobre otros», dijo en su discurso de toma de posesión ante líderes de todo el mundo en Pretoria.

Una vez retirado como presidente, a partir de 2000 ejerció un gran papel como mediador en las negociaciones que pusieron fin a la guerra de Burundi. Es este un aspecto de su vida del que se ha hablado poco, pero en el que Mandela dio mucho juego. En julio del 2011, el presidente intentó establecerse en la vivienda en medio del campo, pero sus problemas de salud le obligaron a ir a Johannesburgo para estar cerca de los mejores hospitales del país. Mandela siguió siendo un hombre de su partido y apoyó al actual presidente Jacob Zuma en las elecciones generales de 2009. Su última aparición pública tuvo lugar en julio de 2010 en un estadio de fútbol en Johanesburgo durante el Mundial.

Se ha apagado la luz de un símbolo de la libertad pero sus palabras y su legado permanecen. Como el propio Mandela dijo en su día: «He andado ese largo camino hacia la libertad. He intentado no flaquear; he dado pasos en falso a lo largo del camino. Pero he descubierto el secreto de que después de escalar una gran colina, uno sólo descubre que quedan muchas más por escalar».