Alertan del riesgo del humo de «tercera mano»

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Las partículas tóxicas del tabaco se mantienen en telas y otras superficies, y provocan cambios en el ADN humano

23 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Desde el punto de vista médico, nadie duda que el tabaco es malo para la salud del fumador, y numerosos estudios han comprobado que ser fumador pasivo, es decir, estar en un espacio donde otros fuman, resulta también altamente perjudicial para las personas. Pero ahora un estudio del Laboratorio Berkeley de la Universidad de California ha constatado por primera vez que el humo de tercera mano, aquel que se queda pegado a las superficies aun cuando el cigarrillo ha sido apagado, es tan tóxico que causa un daño genético significativo en las células humanas.

Según los experimentos realizados en el laboratorio, entre los productos del tabaco que permanecen en telas y alfombras -sobre todo- destacan algunas nitrosaminas de gran potencia cancerígena. El equipo liderado por el bioquímico Bo Hang descubrió que estos tóxicos pueden causar roturas en la cadena de ADN y daño oxidativo del mismo ADN, lo que se traduce en la mutación de un gen. Esta genotoxicidad se asocia con el desarrollo de diferentes enfermedades, como ocurre con el cáncer vinculado al consumo de tabaco.

Evidentemente, estar en un espacio cuyas superficies tienen productos tóxicos es menos peligro que inhalarlos directamente -como le ocurre a los fumadores, tanto activos como pasivos-, pero en el caso del humo de tercera mano hay dos riesgos añadidos: es muy difícil de eliminar las toxinas de las superficies, y la acumulación de sustancias en el tiempo multiplica su efecto.