Un equipo de investigadores españoles, coordinado por el CSIC, ha comenzado a secuenciar el genoma del océano profundo empleando más de 2.000 muestras de microorganismos recogidos en el Atlántico, el Índico y el Pacífico durante la expedición Malaspina.
La secuenciación se centra en virus, bacterias y protistas que pueblan el océano hasta los 4.000 metros de profundidad. Los resultados preliminares revelan la existencia de una cantidad ingente de especies desconocidas de microorganismos. Hasta el 60 % son ignotas para la ciencia. El proyecto, denominado Malaspinomics, permitirá el hallazgo de decenas de millones de genes nuevos en los próximos años. Pero lo más importante son las propiedades biotecnológicas de estos organismos. De momento ya se han detectado bacterias capaces de degradar compuestos altamente tóxicos.