«Quiero un rato para estar con mi hijo»

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

OLEIROS

Protestó ante la Inspección porque los niños, dice, estaban sometidos a un exceso de tareas

30 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Prefiere no dar su nombre para evitarse malos tragos y enfrentamientos en el centro educativo. Es madre de un alumno y cuenta que acudió a la Inspección de Educación después de sufrir cómo desde una determinada asignatura, en el Isidro Parga Pondal, de Santa Cruz (Oleiros), le mandaban a su hijo, un niño pequeño, horas de tareas diarias. Dice que jamás presentó denuncias, solo una reclamación que provocó la polémica que surgió después.

-¿Se opone a las tareas en casa?

-Para nada. Los deberes son necesarios, pero en su justa medida, no para aburrir a los niños. Se trata de que les guste estudiar.

-Lo que no quiere entonces son excesos horarios.

-Con lo que no estoy de acuerdo es con los excesos de tareas. Sí con que se pongan algunos deberes y con que se cree en el niño un hábito de trabajo.

-¿Qué ocurrió para que llegaran sus quejas a la Inspección?

-Hubo una profesora que se pasó muchísimo. Mi hijo, un niño pequeño, llegó a casa con 40 ejercicios un fin de semana. Después de una hora haciendo deberes, ¿en qué piensa un niño? La semana pasada mi hijo volvió a casa con dos hojas de cuentas y diez ejercicios de un día para otro solo de una asignatura. Creo que las cosas hay que hacerlas con normalidad. Si los niños hacen deberes así, los acaban entendiendo como un castigo y eso no puede ser.

-¿Qué propone para mejorar el sistema?

-Todo es importante en la vida. El trabajo del colegio no lo es todo, pero también el diálogo con los padres y el tiempo libre. Yo trabajo, ¿qué hago, me dedico solo a ayudarlo con los deberes y nada más? El trabajo es sagrado, pero en su justa medida y yo quiero por encima de todo el bienestar de los niños. Es mi única preocupación. Todo el mundo debería valorar más la vida y dejarse de chorradas. También es importante tener tiempo para hablar con tus hijos, para reírte con ellos.

-Entonces el detonante de todo este debate en el centro fue un hecho puntual.

-Es que poner deberes no es solo poner 50 cuentas. Mis hijos hacían otras tareas, preparando trabajos para clase, y se lo pasaban pipa. ¿Cómo mandas a un niño cinco horas al colegio y le pones después tres horas de tareas? Yo quiero un rato para estar con mi hijo, no solo hacer los deberes con él. Hubo momentos de más de dos horas diarias, y es que, además de esos ejercicios, tenía que estudiar otras asignaturas.

-Considera que un niño debe hacer más cosas en su día a día que dedicarse al trabajo escolar.

-Es que, por ejemplo, tienen que leer también. ¿Cómo pones a un niño pequeño a leer después de hacer dos horas de ejercicios? Además, cuando había puentes o días festivos, les duplicaban las tareas. Que yo sepa los puentes son para todos. Para los padres, para los profesores y también para los niños. Me quiero ir de fin de semana con él y tengo que ir con la cartera de los deberes. Y a diario, ¿qué hago? ¿Lo quito de otras actividades a las que acude solo para que se dedique a lo que le ponen en el colegio?

-¿Cuál es entonces el mejor modelo?

-Como adultos todos peleamos por reducir la jornada laboral, si se puede bajar de ocho horas, mejor, ¿y a un niño le mandas cinco de clases y tres de tareas? Es como cuando te machacan a trabajar doce horas, solo que en este caso los obreros son los niños. No puedes dedicar todo tu tiempo a hacer los deberes y dejar los juegos para mañana. Jugar y hablar con ellos también es algo importante.