Ni el debate sobre los deberes es nuevo ni los problemas surgidos en Oleiros son un caso aislado. El año pasado la lucha contra las tareas extraescolares se convirtió en una cruzada en Francia. En marzo del 2012 miles de padres se plantaron e iniciaron una huelga de deberes dos semanas contra los ejercicios escolares fuera del horario lectivo.
Sus argumentos los mantienen, al menos en parte, asociaciones españolas como Ceapa: son antipedagógicos, causan problemas en las familias, obligando a los padres a ejercer de profesores y prolongan el tiempo dedicado el estudio mucho más allá de las horas marcadas en los colegios.
No solo los padres protestaron en Francia. También profesores, sindicatos e inspectores de educación se sumaron a las medidas de presión. También en Galicia hay docentes que consideran que no tiene sentido cargar de deberes a niños pequeños.
La normativa gallega busca un equilibrio: encargos sí, pero sin excesos y con el objetivo de no crear rechazo. El problema parece ser establecer qué se considera una cantidad razonable de tareas. Al final todo depende de quién lo interprete.