Dolores Abella Otero: «Al comprar un pájaro damos por hecho que tiene documentación»

Javier Romero Doniz
Javier Romero RIBEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

Los cetreros creen que el robo de aves rapaces en Barbanza es aislado

15 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La publicación de algunos detalles de la investigación abierta por el Seprona en la sierra de Barbanza para dar con los autores de robos de aves rapaces ha servido para airear viejos fantasmas. En la Sociedad Gallega de Cetrería, fundada en 1982, su presidenta, Dolores Abella Otero (Cambados, 1960), asegura estar convencida de que este tipo de prácticas ya estaban erradicadas. De ahí su «decepción» al comprobar que se mantienen vigentes y que el colectivo al que representa parece ser el destinatario de estos pájaros sustraídos de sus nidos.

-¿Sorprendida por las conclusiones a las que ha llegado el Seprona en su investigación?

-Un poco sí, sobre todo al estar en el siglo XXI. Se trata de un tema que pensábamos que ya había pasado a la historia, lo que no quita que alguien pueda dedicarse a esto... Hace 20 años sí se trataba de una práctica habitual, en parte por no estar, como ahora, la cría en cautividad tan desarrollada. Actualmente, hasta en Galicia, este arte está muy desarrollado con criadores expertos.

-Se inclina más a pensar que se trata de un hecho puntual, entiendo.

-Si hay una investigación de recorrido, habrá también hechos constatados, pero creo que estamos ante algo aislado de lo que en su día fue generalizado. De todas formas, también reconozco que el que no tuvo la idea hasta ahora, puede tenerla todavía, por eso no podemos poner la mano en el fuego por nadie.

-Los hechos demostrados por la investigación señalan tres partes implicadas. Los alimañeros y traficantes de animales como responsables de poner en venta los ejemplares, y los cetreros como compradores que no conocen su origen. ¿Se consideran víctimas?

-Claro, al comprar un pájaro damos por hecho que tiene la documentación necesaria en regla. A veces hasta se pide un análisis para saber si el animal tiene enfermedades. En todo caso, si falla algo será por parte de la Administración, no de los criadores, que tienen todo muy mecanizado y en orden.

-¿Resulta fácil regular la situación de aves robadas para su posterior venta?

-Estamos hablando de delincuencia, y aunque yo creo que no resulta fácil, también reconozco que pueden darse casos. Aún así es difícil. Las anillas pertenecen a unos pájaros determinados y cambiarlos no resulta tan fácil. Por eso, entiendo que las personas que lo hacen son muy atrevidas.

-¿Cree qué los alimañeros enturbian la imagen de su colectivo?

-La verdad es que sí... la gente tiende a confundir, pero nadie se para a pensar que nosotros, cuando compramos un pájaro que suele vivir unos 20 años, no podemos correr el riesgo durante dos décadas de que cualquier día nos cojan con una animal robado por alimañeros. De todas formas, todo esto resulta muy triste a estas alturas de la película, que ya tenía que estar más que erradicado.

-¿La proliferación de espectáculos de cetrería en eventos de tipo histórico puede estar relacionado con este mercado negro?

-No, el tema de los eventos es completamente distinto, sobre todo en el tipo de vuelo que realizan las aves.

-¿Resulta necesario hacer un desembolso muy grande para mantener un pájaro de estas características?

-No es caro, pero si requiere una atención diaria durante unos 20 años. Hay que darle de comer todos los días como a cualquier animal, y en la época de vuelo hay que sacarlo y entrenarlo cada día... y eso durante 20 años, por eso cuando se adquiere hay que estar muy convencido.