Más de 20.000 personas siguieron la gala de Panorama contra el cáncer en Vilagarcía

Bea Costa
Bea Costa VILAGARCÍA / LA VOZ

SOCIEDAD

El público estuvo entregado a la orquesta y a los invitados durante más de cuatro horas de concierto

04 may 2013 . Actualizado a las 21:17 h.

Panorama no defraudó y el público, tampoco. La gala contra el cáncer celebrada en Vilagarcía cosechó un nuevo éxito, y van seis ediciones. Más de 20.000 personas -desde el escenario se llegó a apuntar la cifra de 25.000- siguieron en directo un espectáculo de más de cuatro horas sin bajar la guardia. Lito, micrófono en mano, se encargó de que el ánimo entre el público no decayera en ningún momento, y con él, todos los invitados que pasaron esta noche por el recinto de Fexdega: Bustamante, Carlos Baute, Mónica Naranjo, Efecto Pasillo, Cali y el Dandee, Heredeiros da Cruz, Juan Magán y Merche, entre otros. Bustamante se metió al público en el bolsillo cuando empezó a cantar «lévame, lévame á beira do mar» y Baute logró que miles de almas corearan al unísono el «colgando en sus manos». Las risas llegaron con las Cantareiras de Ardebullo y Pepo Suevos y para que la gente saltara y bailara se bastó solita Panorama, que tiene la virtud de conjungar sin estridencias el «Opa gangnam style» -versión galaica- con el vals de las mariposas o la ranchera que hizo «llorar y llorar, rodar y rodar...» al auditorio al completo. Todo ello aderezado con un espectacular montaje, que arrancó con tintes futuristas, salpicado de acrobacias en el aire, números con fuego y un gran despliegue de luz y sonido.

Colas para entrar los primeros

A las tres de la mañana el público seguía sin moverse de la explanada de Fexdega, y algunos llevaban allí desde las ocho y media de la tarde para que nadie le cogiera el sitio que consiguieron en primera línea, tras la valla de la zona Vip. Entre los perserverantes estaban dos jóvenes de Pontevedra, Carlos y Carlota, que demostraron saberse toda la discografía del momento al dedillo, y Perucha Rodríguez, que cruzó la ría desde Ribeira para que sus hijos pequeños pudieran ver a sus ídolos.

En el apartado de incidencias, hasta las tres de la madrugada no se había producido ningún incidente grave. El servicio de emergencias sí tuvo, no obstante, mucho trabajo porque fueron docenas las incidencias que tuvo atender desde las siete de la tarde que empezaron a formarse las colas a las puertas del recinto: intoxicaciones etílicas, bajones de azúcar y bajones de tensión fueron las más recurrentes. Media docena de casos se tuvieron que derivar al servicio de urgencias. La gala dejó, también, un mar de plásticos en los alrededores del recinto y una marea de coches en la ciudad. A las ocho de la tarde empezó ya a notarse el aumento en la densidad del tráfico pero, según el servicio de emergencias, no se produjeron grandes atascos. Aparcar fue tarea complicada, pese al estacionamiento con un millar de plazas que habilitó el Concello en la Finda de Ouro.

Panorama hizo olvidar las penas durante unas horas al respetable y contribuye con una buena causa que la presidenta de la asociación contra el cáncer en Pontevedra, María José Crespo, supo agradecer. «A ver si nos dais otros 25 años de galas más». Ahí queda eso.