José Caravias y otros dos sacerdotes estaban amenazados de muerte en Buenos Aires por el grupo paramilitar
23 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El papa Francisco, cuando era provincial jesuita en Argentina (1975), salvó la vida al sacerdote español José Caravias, radicado actualmente en Paraguay, y a otros dos curas amenazados de muerte en Buenos Aires por el grupo paramilitar Triple A, según reveló el religioso.
«Cuando el provincial, que era Bergoglio, me dijo: "Tengo noticias de que la Triple A decretó tu muerte y la del húngaro Francisco Jalics", consideré que no valía la pena hacerse el héroe», relata Caravias desde Asunción. «A mí ya me habían expulsado de Paraguay en 1972. Conocía la ferocidad de la dictadura. En cambio, Jalics se hizo el valiente, se quedó en Buenos Aires y casi le cuesta la vida. Lo torturaron mucho. Bergoglio lo salvó. Se empeñó en averiguar dónde estaba y, si él no lo hubiese reclamado, lo habrían matado».
El papa ofició ayer la misa en la capilla de Santa Marta, en el Vaticano. Pero antes del comienzo y con la espontaneidad que le caracteriza, se sentó a rezar entre los asistentes como uno más, momento que recoge la fotografía de la página, realizada por un particular y difundida a través de la red social Twitter. El papa Francisco oficiará todos los ritos de la Semana Santa, con la novedad de que, en vez de dar la misa del Jueves Santo en la basílica de San Juan de Letrán, como obispo de Roma, lo hará en una prisión de menores de la capital italiana.