El disfraz «low cost» con bolsas de basura arrasa en los colegios

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Gustavo Rivas

El precio medio es de cuatro euros, la quinta parte de uno convencional

05 feb 2013 . Actualizado a las 17:22 h.

Habría que buscar a la primera persona que tuvo la idea de hacer disfraces con bolsas de basura de colores porque se merece un premio a la creatividad. Cualquier indumentaria se puede elaborar por este sistema low cost que arrasa en los colegios de Galicia hasta el punto de que son minoría los que no se han decantado ya por él.

Este año, los centros apuestan por damas antiguas, chinos, domadores, egipcios... y hasta Peter Pan, que encuentra acomodo en un saco verde convenientemente adornado.

Estos disfraces tienen dos claves. La primera es económica, porque «cuestan, de media, unos cuatro o cinco euros por persona», confirma Raquel Núñez, de la Súper Papelería, que atiende pedidos «de cientos de colegios de A Coruña e incluso de otras provincias». El precio del disfraz tradicional quintuplica a veces esa cifra, aunque la diferencia se reduce si hay que agregar un polo de color.

«Todo se debe al ingenio de los profesores -resalta Raquel-, que son los que inventan los croquis». Y ahí entra en juego la segunda clave: es una manera excelente de hacer manualidades, de trabajar en grupo e involucrar en la tarea a los alumnos y a los padres.

El resultado son sorprendentes creaciones que propician un Carnaval colectivo. Un caso llamativo es el del Colexio A Ponte Pasaxe, en Culleredo. Allí son las profesoras las que elaboran los disfraces «de los 215 niños de infantil y primaria» que tiene el centro, como confirma su directora, María Vázquez, que dedicó «23 horas el pasado fin de semana a perfilar los disfraces».

El circo como temática

El colegio elige una temática cada año. Si el anterior fue el clero, en esta ocasión es el circo. Los niños vestirán en el desfile del jueves de domadores, payasos, músicos.... «todo lo relacionado con ese mundo». El motivo por el que son las profesoras las que hacen los disfraces es «que hemos llegado a tal nivel de perfeccionamiento que queremos que todos los alumnos vayan iguales y preferimos hacerlos nosotras en horas libres». Cada colegial se queda con el suyo tras la fiesta.

Lo más habitual, sin embargo, «es que sean los padres en colaboración con chicos y los propios profesores» los que realicen las manualidades», precisa Raquel Núñez. Con todo, sigue habiendo apuestas más clásicas, con colegios que exigen uniformidad temática pero con disfraces convencionales. «Este año se han agotado los de científico loco, astronauta o personajes de cuento», dice Ana, de la firma Centroxogo, en Lugo.

Profesores, padres e incluso alumnos se encargan de la elaboración