La herramienta pregunta si se han notado cambios de humor o en el estado de ánimo

La Voz

SOCIEDAD

10 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Contestar al test de problemas de memoria hace que uno mismo haga uso de la suya, ya que la primera parte pide recordar en qué grado ha cambiado en los últimos diez años la persona analizada. Las cuestiones son diversas, como recordar el nombre de familiares o amigos o conocer el lugar de los armarios en los que guarda cada cosa.

Y no solo se pregunta cómo ha cambiado ese familiar en situaciones habituales, sino también en el comportamiento ante otras esporádicas, como aprender a usar un nuevo aparato o tomar decisiones sobre temas trascendentes, como el destino de las vacaciones o la manera de invertir los ahorros, aunque también inquiere por otras propias del día a día, como las dudas sobre qué ponerse.

La segunda parte del cuestionario analiza si la persona ha cambiado en lo que respecta a la emisión de juicios; si, por ejemplo, lo engañan fácilmente o si repite mucho las preguntas que le hacen. Finalmente, las indagaciones se encaminan a saber desde cuándo se producen esos fallos de memoria, y a conocer otros síntomas apreciables, como la posible dificultad para expresarse u orientarse, las alteraciones del humor y del estado de ánimo o la apatía.