El juguete tradicional resiste pese al auge de los videojuegos

María Piñeiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El sector sufrió el año pasado una caída de ventas del 6 % en España

23 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Este año son las Monster High, pero antes el trono lo ocuparon las Bratz, las Barbie, las Nancy o, en la prehistoria de la juguetería industrial, Mariquita Pérez. Se llamen como se llamen o tengan el tamaño de cabeza que sea, las muñecas tienen un mercado muy estable, que mueve más de 70 millones de euros cada año. Y es que el juguete tradicional, aunque dañado por la crisis -en el 2011 había sufrido una caída del 6 %- y por el incontestable dominio del videojuego, resiste con bastante dignidad.

A pesar de que todavía no ha terminado octubre, los adultos ya se dejan caer por las jugueterías para pedir los catálogos o saber cuándo empiezan las promociones. Las revistas son ahora una pieza clave para escribir la carta a papa noel, los Magos o a todos. Desde El Corte Inglés se espera que en noviembre comiencen las reservas, ya que tienen una bonificación del 15 %, y eso, debido a la crisis, se nota: «Los clientes vienen a preguntar cuándo comienza la promoción», explican desde los grandes almacenes. Hasta entonces, las ventas estarán algo paradas.

Una vez que la carta está en proceso, el peregrinaje será continuo: «La gente viene pronto en busca del juguete estrella porque sabe que ese se suele agotar», apuntan desde la juguetería ferrolana del grupo Ali. En esta firma saben que el juguete tradicional tiene mucho tirón y que «el juego de mesa y los puzles están muy valorados» porque «tienen un precio estupendo y aportan algo más al niño». El coste es importante, porque «aunque no se escatima, el gasto por persona ha bajado en los últimos años, y hacemos ofertas especiales porque tienen muy buena salida», explica la responsable del sector.

En otra red de tiendas el sentimiento es el mismo, y aunque se espera que este año «la salida de la nueva Wii tenga éxito» también se sabe que «siempre se venden muchos monopatines, bicicletas y pelotas»; tanto es así que en El Corte Inglés el área de videojuegos se ha trasladado de la planta de juguetes a la de ocio, dejando sitio a puzles, carritos, muñecos de acción y otros juegos de toda la vida.