Es de la misma familia que en el 2003 provocó la epidemia de SARS
25 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Aún es demasiado pronto para aventurar si se puede convertir en una epidemia o simplemente quedará acotado a un único territorio con casos aislados. Por ahora se sabe muy poco, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha activado su sistema de alerta mundial tras la identificación de un nuevo virus de la misma familia que el SARS (síndrome respiratorio agudo y grave) o neumonía asiática, una enfermedad respiratoria que en el 2002 surgió en Hong Kong y se extendió en forma de epidemia por más de treinta países. Más de 800 personas perdieron la vida.
Los análisis en laboratorio han confirmado la enfermedad en dos pacientes. El primer caso fue observado a principios de año y certificado en julio por investigadores de la Universidad de Erasmus (Holanda). Se trataba de un ciudadano de Arabia Saudí de 60 años que acabó falleciendo. El segundo, un hombre de Catar, de 49 años, fue enviado desde su país el pasado 11 de septiembre a un hospital de Londres para recibir tratamiento. Luego, las pruebas realizadas por la Agencia de Protección de la Salud del Reino Unido comprobaron, tras comparar la secuencia del virus aislado con la muestra del enfermo tratado en Holanda, que se trataba del mismo virus. El enfermo catarí había viajado a Arabia Saudí antes de enfermar.
Síntomas
En ambos supuestos los síntomas eran parecidos: fiebre, tos, falta de aliento y dificultades para respirar. Nada muy distinto a las enfermedades respiratorias provocadas por los coronavirus, entre las que se encuentra la gripe común, solo que en estos casos la enfermedad estaba asociada con una insuficiencia renal. Esto es algo que ha sorprendido a los médicos, ya que habitualmente no están relacionadas con patologías pulmonares.
«No hemos oído hablar de otros casos similares, por lo que no sabemos hasta qué punto está extendido el virus», explicó Gregory Hartl, portavoz de la OMS. La organización subraya en un comunicado que aún es pronto para evaluar la situación y que es necesaria más información para determinar hipotéticas implicaciones. De momento no cree necesario recomendar restricciones en el tráfico internacional de viajeros, tal y como se hizo en el pasado con la epidemia del SARS, que también obligó a fuertes medidas de prevención en los aeropuertos con la utilización de mascarillas de protección para evitar contagios.
«Por ahora estaría atento a la evolución de la situación, aunque no inmediatamente preocupado», explicó en declaraciones a la BBC Peter Openshaw, director del Centro para Infecciones Respiratorias del Imperial College de Londres.