«Me extrañaría que este lugar fuese un caso único en todo el noroeste»

F. A. MONFORTE / LA VOZ

SOCIEDAD

21 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Ramón Fábregas Valcarce, catedrático de prehistoria de la USC, coordina desde el 2006 el proyecto arqueológico «Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno en la cuenca media del Miño», en el que se encuadran las excavaciones de Triacastela, que codirigen los arqueólogos Xosé Pedro Rodríguez y Arturo de Lombera.

-¿Cuándo se podrá saber con certeza la antigüedad de estas obras?

-Calculo que entre seis y ocho meses, en caso de que los análisis den un resultado positivo. Vamos a hacer dataciones con carbono 14, un método que no sabemos aún si servirá en este caso. También intentaremos medir con métodos radiométricos la antigüedad de las costras calizas que cubren en parte algunos dibujos, lo que nos puede ayudar a obtener una datación absoluta.

-¿En qué condiciones de conservación se hallan?

-Digamos que bastante regular. Aunque la sala donde están las obras se halla relativamente aislada de la entrada de la cueva, tampoco estuvo cerrada de forma hermética como otras grutas con pinturas rupestres, como por ejemplo la de Lascaux, en Francia. Sabemos que la cueva siguió siendo frecuentada en la prehistoria reciente, la Edad Media y momentos aún más tardíos, y la sala interior fue visitada muchas veces. Todo eso influyó negativamente en la conservación de las pinturas.

-¿Aparecerá más arte parietal paleolítico en Galicia?

-Me extrañaría mucho que el de este lugar fuese un caso único en todo el noroeste de la Península. En principio, nada impide que en otras cuevas calizas de las montañas orientales se conserven también muestras de arte rupestre de la prehistoria remota. En la arqueología hay espacios vacíos que empiezan a cubrirse en cuanto alguien afina la búsqueda lo suficiente y realiza un primer hallazgo. Después suelen venir otros hallazgos parecidos y en este caso espero que ocurra lo mismo.