Veleros de época surcan la ría de Pontevedra

Alejandro D. Romano

PONTEVEDRA CIUDAD

Por primera vez en el Trofeo Casino de A Toxa participan embarcaciones de los años sesenta y setenta

22 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo clásico no pasa de moda, y menos en el mar. La ría de Pontevedra se convirtió ayer en el escenario de la décima edición del Trofeo Casino de A Toxa, un evento al que, por primera vez, se sumaron veleros históricos construidos entre los años sesenta y setenta, pero siguiendo los preceptos clásicos de fabricación. Esto es: ni un gramo de poliéster ni de fibra de vidrio. Solo madera. El resultado, navíos que parecen sacados de una película de piratas.

Fueron 26 embarcaciones las que se hicieron a la mar. Por un lado partieron las naves más modernas, y por otro, las clásicas, menos veloces pero que acapararon más miradas. «Lo que se valora sobre todo es el mantenimiento de los veleros -explica Andrés Fernández, uno de los jueces de la regata-, porque la madera es muy difícil de conservar en el agua salada».

El viento se hizo esperar, pero el espectáculo mereció la pena. Sobre las 15 horas sonó el bocinazo de salida y como si de la primera vez se tratara, las veteranas naves, curtidas en eso del mar, recorrieron más de 12 millas luciendo sus mejores galas frente a las costas de Sanxenxo, en torno al faro de Mourisca, en Bueu, y por supuesto en la meta, situada en las inmediaciones del Club Náutico San Vicente do Mar. Un trayecto en el que las viejas pero elegantes embarcaciones estuvieron a la altura de sus compañeras del siglo XXI.

Después de una competición más que reñida fue Cassandra, de Fernando Pazo, la que se hizo con la victoria en esta modalidad. La nave realizó un recorrido costero impecable de siete millas entre la playa del Silgar y el Club Náutico San Vicente.