Un aro de silicona para frenar los partos prematuros

Cristian Reino / Colpisa

SOCIEDAD

Un estudio del Vall d'Hebron muestra que la inserción de un anillo alrededor del cuello uterino reduce hasta en un 75% los nacimientos antes de tiempo

03 abr 2012 . Actualizado a las 22:00 h.

Inocuo, sencillo y barato. Así es un aro de silicona de siete centímetros de diámetro, que cuesta 38 euros, que puede ser la salvación para 13 millones de niños que nacen de forma prematura todos los años en el mundo. Y es que la inserción de este aro durante el segundo trimestre del embarazo en mujeres con alto riesgo de parto tempranero (suele ocurrirle a las que tienen el cuello uterino corto) reduce significativamente la probabilidad de un adelanto del nacimiento, causa principal de mortalidad o de enfermedad grave posterior del recién nacido. Lo demuestra un estudio científico dirigido por el hospital Vall d'Hebron, que publica este jueves la revista médica The Lancet. El artilugio, fabricado en Alemania por la fundación sin ánimo de lucro Clara-Angela, no es invasivo y es de fácil colocación y extracción y se introduce por vía vaginal alrededor del cuello uterino sin intervención quirúrgica.

Según los datos del informe, un 95% de las mujeres que lo han llevado lo recomendarían a otras embarazadas de riesgo porque no tiene efectos secundarios graves ni para la madre, ni para el hijo. «Me dio mucha tranquilidad», afirma Meritxell Parareda, una de las 380 embarazadas que participaron en el trabajo científico. A todas ellas se les detectó (en una ecografía realizada a las 22 semanas de gestación), que tenían el cuello uterino corto, es decir, una longitud cervical de 25 milímetros, lo que provoca que la musculatura del útero no tenga fuerza suficiente para retener el peso del embarazo, y por tanto el parto se produzca antes de tiempo.

Cada año nacen 13 millones de niños prematuros en el mundo

La mitad de las mujeres, elegidas al azar, usó el pesario cervical y la otra mitad hizo el tratamiento y seguimiento médico habitual sin anillo.

El resultado fue contundente. La gran mayoría de las que llevaban el arito superaron las 34 semanas de gestación. «Por primera vez, hemos conseguido reducir en un 75% los nacimientos antes de tiempo», explicó este miércoles Elena Carreras, responsable de la unidad de Medicina Maternofetal de Vall d'Hebron, coordinadora del estudio.

El informe recuerda que el parto prematuro constituye uno de los problemas más importantes de la perinatología actual y una de las causas más habituales de enfermedad y/o mortalidad de los recién nacidos. Así, la prematuridad es, por ejemplo, la principal causa de muerte en el primer mes de vida, de tal manera que un niño que nace antes de tiempo tiene una probabilidad 180 veces superior de morir que uno que ha podido cumplir con la gestación completa. El trabajo científico añade que si bien es cierto que los avances tecnológicos y médicos han hecho posible un aumento de la supervivencia de los recién nacidos de muy bajo peso, no es menos cierto que las tasas de prematuridad no han variado en casi nada en los últimos años (del 8% en España). Además, las complicaciones asociadas a los bebés prematuros, como las dificultades de aprendizaje, parálisis cerebral, ceguera, así como secuelas respiratorias, visuales, auditivas, neurológicas, cognitivas o de comportamiento, se mantienen invariables a pesar de los avances médicos.

«Los resultados de nuestro estudio abren la puerta a nuevas investigaciones sobre el uso de este dispositivo y nos hacen concebir esperanzas de que es posible encontrar una manera de reducir sustancialmente la prematuridad en el mundo», expresó Elena Carreras. La doctora María Goya, ginecóloga de la misma Unidad e investigadora principal, añadió que «la colocación del pesario es una alternativa económica, segura y fiable para la prevención del parto prematuro en la población de mayor riesgo, la de embarazadas con el cuello uterino corto».