La conjura por el reino de Galicia

César Rodríguez Pérez
CÉSAR Rodríguez REDACCIÓN / LA VOZ

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El juego de estrategia «Crusader Kings 2» permite asumir una dinastía medieval, conspirar en la corte, gobernar feudos y concertar matrimonios

17 feb 2012 . Actualizado a las 14:23 h.

Hubo un reino de Galicia en la Edad Media. Su existencia independiente terminó de forma abrupta en 1073, con el destronamiento y la prisión del rey García a manos de su hermano Alfonso, monarca de León.

Ahora es posible cambiar la historia. Gracias a un videojuego de gran estrategia llamado Crusader Kings 2 que permite al jugador dirigir los destinos de un gran abanico de dinastías nobiliarias europeas a lo largo de cuatrocientos años.

La acción arranca en 1066. Es el segundo año de reinado del joven García. Sus dominios llegan hasta buena parte de territorio portugués, sus territorios no son pobres y está aliado con varios reinos cristianos -los gobernados por su familia-, pero su posición es débil.

Por un lado está la amenaza de una reconquista musulmana -al principio del juego sus reinos son los más poderosos-, por otro, las apetencias de sus codiciosos hermanos, los monarcas de León y Castilla. Para complicar aún más la situación, no se ha casado y no tiene herederos directos.

Hacer de casamenteros

Le toca al jugador hacer de primer ministro y de casamentero. No solo debe elegir bien a los miembros de la corte, mantener contentos a los señores feudales, construir nuevos asentamientos o reforzar sus mesnadas. También debe buscarse la vida y encontrar buenos partidos con los que enlazar al monarca o al señor del dominio -si aún no está emparejado- o a los demás miembros de la familia.

Pendientes de las herencias

Habrá de elegir con tino. No deberá prestar demasiada atención a que el candidato sea agraciado físicamente, sino a sus cualidades, al historial de fertilidad de su familia y a sus enlaces dinásticos. Los dos primeros factores serán determinantes para que haya futuros gobernantes y que sean dignos y hábiles. El tercero para que el reino pueda expandirse con la adquisición pacífica de nuevos territorios.

Un matrimonio bien concertado puede provocar que la muerte de otro monarca, duque o conde sin herederos desemboque en una anexión. Y si hay alguien en medio, puede ser eliminado: la intriga también es un factor determinante en un juego (hay demo disponible en www.crusaderkings.com) en el que no faltan asesinatos a traición, querellas entre nobles, rivalidades cortesanas, rebeliones, disputas con el clero y conflictos armados, donde la única forma de perder es quedarse sin reino o morir sin sucesores.