Galicia descuida sus humedales

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

05 feb 2012 . Actualizado a las 07:03 h.

Ayudan a controlar las inundaciones, reponen acuíferos, estabilizan las costas, depuran el agua, protegen contra las tormentas, retienen y exportan sedimentos y nutrientes... Son los humedales, auténticos tesoros de la biodiversidad que ejercen un papel clave en el equilibrio ecológico y de los que Galicia puede presumir, con más de mil enclaves de estas características inventariados en la comunidad, principalmente en el litoral. Lo hizo esta semana coincidiendo con el Día Mundial de los Humedales con actos organizados por la Consellería de Medio Ambiente y las organizaciones ecologistas que se celebraron hasta ayer, con una jornada de divulgación organizada en Rábade por la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) y la Sociedade Galega de Ornitoloxía.

Pero si los humedales son vitales para la salud del planeta, su conservación en Galicia, al igual que en España, está amenazada. La presión humana, principalmente la urbanística, la contaminación de las aguas, la caza con plomo en algunos de los enclaves y la cada vez mayor presencia de especies invasoras son algunos de los principales problemas que convierten en vulnerables estos espacios naturales. Unos enclaves que en unos casos han desaparecido -en España lo han hecho entre el 60 % y el 70 % de estos ecosistemas- y en otros se han degradado sin que las administraciones públicas hayan contribuido a evitarlo. «Existen ocho acuerdos internacionales ratificados por España que obligan a promover la recuperación y restauración de los humedales degradados y desaparecidos para restablecer sus valores y diversidad biológica, pero en Galicia no se ha hecho absolutamente nada», se lamenta Serafín González, biólogo del CSIC y presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural.

Un ejemplo es la reciente Ley de Augas, que, a juicio de González, «ignora por completo a los humedales cuando son esenciales para mantener la calidad del agua». Las Gándaras de Budiño, el complejo húmedo de la Terra Cha o el complejo húmedo de A Limia, con lo que queda de la laguna de Antela como estandarte, son algunos de los ejemplos de humedales que precisan de restauración. «En A Limia -explica Serafín González- se hizo un estudio para la recuperación, pero el proyecto se metió en el cajón y ahí está».

Los cinco humedales de Galicia incluidos en el convenio internacional Ramsar, situados todos en la costa, también carecen, en su gran mayoría, de planes de gestión y conservación.