Pruebas de ADN certifican que el gallego que fue rey de los jíbaros dejó descendencia en la Amazonia

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ.

SOCIEDAD

El hijo de Alfonso Graña empezó negando la relación hallada por Antonio Abreu

26 oct 2010 . Actualizado a las 11:48 h.

«Te mentí porque no sabía quién eras, ni qué querías. Además, en el río donde estaba aquella tarde me dijeron: arriba te esperan dos españoles. Y yo no quiero a los españoles». Son las explicaciones de Alfonso Graña, un octogenario que vive en la Amazonia peruana y lleva el mismo nombre del emigrante de la aldea de Amiudal, en Avión (Ourense), que acabó siendo el rey de los jíbaros a comienzos del siglo pasado. El pontevedrés Antonio Abreu, siempre fascinado por estas tribus, ha viajado varias veces a sus tierras, ganándose así su confianza y su amistad. En el último viaje, este verano, se trajo pelos de Rosa, una sobrina de Alfonso Graña que vive en Iquitos, y de quien decía no conocerlo y ha resultado ser hijo de aquel emigrante de Amiudal, según confirman las pruebas de ADN. «Tú has estado con el hijo de Graña, me decía el comandante César Doria, hoy coronel», explica Abreu, destacando que este militar está al frente de un batallón que controla los ríos Nieva, Marañón y la boca del río Santiago «que eran los dominios de Graña». El interesado acabó reconociendo el parentesco. «Me dijo que en todas las tribus lo conocen como el hijo del intrépido español».

En una foto de 1929, publicada en el libro de Maximino Fernández Sendín Alfonso I de la Amazonia Rey de los jíbaros (Fundación Comarcal A Paradanta) Graña aparece con un crío en brazos que sería su hijo; hay otra imagen posterior en la que el joven ya está con una camiseta y su padre fumando en pipa. Ahora se confirma el parentesco, gracias al ADN.

Abreu estuvo acompañado, en el último viaje, de Cora Peña, que rodó el documental Apash, os de fóra, que emitirá TVG. Ambos hicieron de embajadores para acordar con Alfonso Graña que venga a conocer Compostela: «No sabían nada de Santiago, ni que existía esa ciudad, y les expliqué que en ella estaba enterrado el Santo, que era un luchador como ellos», evoca Abreu. La intención es «hacer un hermanamiento con Santiago, pero nos dijeron que este año están muy ocupados, así que vendrá el próximo, en julio o agosto».

Y el liderazgo de los Graña sigue porque un nieto del emigrante ourensano, Kefren Graña, es ahora el líder de la Federación de Comunidades Wampis del Río Santiago, que controla y vigila los recursos naturales de la zona.