Un estudio demuestra que estar delgado es mejor para la salud y para frenar el cambio climático

Efe

SOCIEDAD

20 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Tener un peso saludable no es bueno solo para las personas, sino para el planeta, según un estudio británico publicado en International Journal of Epidemiology.

Una sociedad delgada, como la de Vietnam, consume un 20% menos de alimentos y contamina menos que una en la que cerca del 40% de las personas son obesas (parecida a la de Estados Unidos en la actualidad), según Phil Edwards e Ian Roberts, de la London School of Hygiene and Tropical Medicine.

Las emisiones relacionadas con el transporte también son menores porque se gasta menos energía en transportar a personas delgadas, y porque los que tienen sobrepeso tienden a andar menos y a depender más del automóvil, afirman. Edwards y Roberts calculan que una población de 1.000 millones de personas delgadas emite 1.000 millones de toneladas menos de dióxido de carbono al año que una población de personas gruesas.

Una sociedad gorda

Sin embargo, en el mundo prevalece la tendencia a un aumento del índice de masa corporal (IMC) medio de la población, que entre 1994 y el 2004 ha subido en el Reino Unido en los hombres de 26 a 27,3 y entre las mujeres de 25,8 a 26,9, lo que supone unos tres kilos más.

«La humanidad, ya sea australiana, argentina, belga o canadiense se está haciendo progresivamente más gorda», señalan los autores.

El índice de masa corporal se calcula dividiendo el peso de la persona por su altura al cuadrado. Un peso considerado normal se sitúa entre 19 y 25, aunque se debe tener en cuenta la constitución y el sexo. La gente obesa necesita 1.680 calorías para tener una energía normal, un 18% más que la gente en forma. Actualmente, unos 400 millones de adultos en el mundo son obesos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que para el 2015 ese número alcanzará casi los 700 millones.

«Mantenerse delgado es bueno para la salud y el medio ambiente. Debemos hacer mucho más para revertir la tendencia global hacia la gordura y reconocer que es un factor clave en la lucha por reducir las emisiones y retrasar el cambio climático», concluyen los científicos.