Una depuradora de Cambados envía a un restaurante de Sitges ostras que contenían perlas

SOCIEDAD

26 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

José Yáñez es un ourensano que ha decidido consagrar su vida a alegrar el paladar de todos los que visitan su pequeño restaurante de Sitges (Barcelona). Aunque en la carta no falta de nada, las ostras se han convertido en el producto estrella de su negocio, Casa Hidalgo. Y no es porque sean piezas excelentes, que también, sino porque en menos de un año, dos clientes se toparon entre las jugosas carnes marinas con un agasajo inesperado: perlas.

Las pequeñas bolas de nácar que han traído la suerte a Yáñez -asegura el restaurador que el número de comedores de ostras ha crecido- tienen su cuna en la localidad de Cambados. Concretamente, en las bateas de la depuradora Mariscos Laureano. Su dueño es Laureano Oubiña, un hombre afable y simpático al que parece que no se le ha subido a la cabeza haber servido las vieiras para la boda del príncipe Felipe y Letizia Ortiz, y los percebes para algunas reales cenas. «Llevo muchos años trabajando en esto, y la verdad es que no es muy frecuente que aparezcan perlas en las ostras. Yo, en veinte años, solo sé de cuatro casos: uno en Madrid, otro en Valencia y estos dos de Sitges. Y no hay que olvidar que salen miles de ostras todos los días para los mejores restaurantes de España», explicaba ayer el depurador.

Al restaurante Casa Hidalgo suelen mandar unas doscientas unidades de ostras por semana. «Pero ya le he dicho que para estos días he mandado cinco veces el pedido habitual, porque va a haber una avalancha de gente», augura Yáñez. Una de las personas que ha prometido volver este fin de semana al restaurante, para probar ese delicioso marisco es la mujer de Barcelona que se encontró con la última perla. Con ella, dijo que se iba a hacer un anillo.