La situación en Santiago lleva a los artistas a emigrar con sus espectáculos a concellos vecinos

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

TEO

Hernández defiende la labor de la Policía Local y asegura que el Ayuntamiento intenta buscar «o punto de equilibrio»

22 abr 2015 . Actualizado a las 10:15 h.

La situación que existe en Santiago desde hace algo más de dos años, a raíz del conflicto sobre la realización de espectáculos en vivo en los bares y pubs de la ciudad, está llevando a muchos artistas a buscar el pan en otro lado. Así lo asegura el humorista Carlos Meixide, que desde hace veinte años reside en la capital gallega y peregrina por ella con sus monólogos y funciones.

Meixide tenía previsto actuar mañana en el pub Ultramarinos, que hace dos días anunció la decisión de cancelar su programación por temor a recibir una sanción ante la falta de un marco legal que ampare sus conciertos y otras actuaciones en directo. En consecuencia, el humorista decidió trasladar la cita cómica al auditorio de A Ramallosa, en Teo. Explica que «hoxe é máis fácil ir actuar a Teo ou Ames que facelo en Santiago» y, como él, otros muchos están optando por concellos vecinos en los que no existen trabas para sus actuaciones.

No obstante, Meixide se lamenta de que la situación haya llegado a este punto en Santiago. «É unha pena, porque se por algo se caracterizaba a cidade era por ser peza fundamental na organización de espectáculos, para beneficio dos propios veciños e como atractivo engadido para toda a xente que a visita», subraya.

Sobre este asunto también habló ayer el alcalde compostelano, Agustín Hernández, quien defendió la labor de la Policía Local. «O que fai é preocuparse do cumprimento da normativa; as leis e os regulamentos están para ser cumpridos», incidió. «A policía unicamente toma nota e, a partires diso, ábrense os expedientes disciplinarios correspondentes», añadió. Y, en cuanto al Ultramarinos, especificó que no tuvo ninguna sanción durante el 2014 ni el 2015.

«Imprescindible para a cidade»

Hernández aseguró que «por parte do Concello tentamos buscar o punto de equilibrio entre esa actividade que consideramos imprescindible para a cidade, que é a actividade musical nos nosos locais, coas autorizacións e licencias dos propios locais e, loxicamente, co dereito dos veciños do casco histórico a ter o descanso correspondente».