En el área de Vista Alegre aún están sin ascensor una docena de edificios

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

Bugallo firmó en el 2007 el convenio que abrió el plan de rehabilitación, casi finalizado

15 jul 2019 . Actualizado a las 09:48 h.

Los vecinos de Vista Alegre tenían claro que no se cumpliría el anuncio realizado en el 2005, cuando comenzó a ejecutarse el primer estudio para lograr la declaración de Área Integral de Rehabilitación. Aquel día, fuentes del Concello anunciaron a bombo y plantillo que arrancaba un proceso que duraría un lustro, y se aventuraban a decir que las obras arrancarían en el 2007. Llegado aquel año, ni siquiera habían comenzando los trabajos de mejora en las vías públicas. Las primeras ayudas para la instalación de ascensores y reparación de fachadas y tejados se aprobaron en septiembre del 2011. Ese mismo año, el gobierno local del PP se lamentaba de la falta de recursos, dentro del convenio, para derribar las terrazas, cuya desaparición era considerada indispensable para el cambio radical del barrio unos años después.

Pendientes de ayudas

Doce años después de la firma del convenio, las obras en las vías públicas están casi acabadas, pero aún quedan flecos pendientes. Y el final del largo proceso de rehabilitación ni siquiera se ve en la parte del ambicioso proyecto que depende de la voluntad de los propietarios de los inmuebles. Todavía quedan doce bloques de viviendas sin ascensor en las rúas de Diego Peláez, Noia, Rianxo, Ribeira, San Xoán y en la avenida de Castelao. Sus propietarios no pueden fijar una fecha, ya que dependen en buena parte de las dotaciones presupuestarias del ARI para asegurarse ayudas para sufragar parte del coste. Con cargo a la dotación asignada al ARI en el 2018, solo seis comunidades recibirán ayudas dentro del convenio entre Fomento, Xunta y Concello, que asciende a 630.000 euros en el caso de Vista Alegre. Eso sí, las seis comunidades agraciadas con la subvención tenían que tener finalizados los trabajos el 31 de diciembre del 2018, según las bases de la convocatoria. La cantidad asignada por el Estado para este ARI fue la mitad de lo que solicitó el Concello, y de hecho levantó las críticas del anterior grupo de Gobierno, que había anunciado ayudas complementarias. Ahora todo depende del nuevo equipo de Raxoi.

En Vista Alegre, dejando al margen una promoción de viviendas construida a finales de los años 80 con ascensor, ya se instalaron elevadores en 24 comunidades. La pionera fue la del número 12 de Santa Uxía de Ribeira, que iniciaron los trámites en el 2009, aunque la instalación no se materializó hasta el 2011. Actualmente se están terminando de colocar dos elevadores en Diego Peláez, y hay obras iniciadas en Álvaro Cunqueiro, Rianxo, Santa Uxía de Ribeira y Santa Comba. En todos ellos se acometen también mejoras de fachadas y, en algún caso, de tejados. La última comunidad en sumarse a la instalación de un ascensor está en la praza Álvaro Cunqueiro.

Los contenedores subterráneos siguen sin fecha de funcionamiento

Uno de los elementos que forma parte de la obra pública del ARI de Vista Alegre son los contenedores de basura. No funcionan y no lo han hecho nunca. El problema es que las cajas instaladas no son compatibles con los camiones de recogida de basura, y no podrían elevar los contenedores para retirar la basura. El cambio ya fue solicitado por el anterior equipo de gobierno, pero no se ejecutó todavía.

Una vez terminados los trabajos de mayor calado, iniciados en el 2015 y en los que destacan la retirada de todas las terrazas, el cambio de las canalizaciones de servicios básicos, la remodelación de las calles y el derribo del subterráneo que unía la calle Noia con Ribeira, los vecinos aguardan a que desaparezcan los cables de las fachadas y a que se aporte una solución a la escasez de aparcamiento en el barrio. En este caso se baraja la opción de crear una bolsa de aparcamiento en una parcela próxima al barrio, que sirva de refugio para los vehículos de los vecinos de la zona y también para ser utilizada como área de estacionamiento de borde, aunque para ello sería necesario unirla con el centro de la ciudad con un autobús urbano.