Onbre inicia su despedida tras 70 años en la praza de Galicia

Por Sonia Portela

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

Francisco Loimil Loureiro, conocido por Manolo, comienza la liquidación del popular comercio que su padre abrió en 1949

26 jun 2019 . Actualizado a las 13:20 h.

Confecciones Onbre es uno de los locales compostelanos que forman parte de la historia comercial de la ciudad. En mayo de 1949 abrió ese establecimiento de ropa. «Al principio solo para hombres, y dos años después, más o menos, mi padre abrió el taller, en el que trabajaron seis personas. Hacíamos, sobre todo ropa, de trabajo, y también trajes de hombre. La de mujer vino después. El primer pantalón de mujer que hizo mi padre fue para la hermana de Fraga», recuerda su actual propietario, Francisco Loimil Loureiro. «Pon Manolo, porque por Francisco no me conoce nadie», aclara. Manolo no recuerda con precisión cuándo empezó a trabajar en el popular comercio. «Eran otros tiempos. En verano venía siempre, y a partir de los 15 años ya no salía de aquí». El cierre de Onbre venía rumiándole desde hace unos años. «Ahora ya está bien. Voy para 72 años, y tengo un año para cerrar. Las chicas (sus empleadas) podrán ir al paro en un año, y luego ya se jubilan». En el amplísimo capítulo de anécdotas, Manolo recuerda una lección que aprendió rápido. «Una mujer vino a preguntar por un pantalón a medida para el niño, que iba a Peleteiro. Le enseñe las telas, y me pidió consejo. Le dije que la de menor precio, sobre 400 pesetas, porque los niños crecen y con el precio del caro (1.000 pesetas) compraba dos. Mi sorpresa fue cuando me dijo que con su dinero hacía lo quería, y se fue. Aún me pregunto por qué me pidió consejo». Su padre, Manuel Loimil Gestoso, le explicó una vez que «al cliente solo se le engaña una vez. Si lo haces, no vuelve. Pierdes más. Es un buen consejo». En los años 70 se transformó el negocio. «Eran tiempos de crecer, y se amplió el local y, con tiempo, los pisos. Eran buenos tiempos para la confección». Entonces, en la misma zona estaban Ceinos, Riande y Onbre. «Ahora solo quedará Riande en el Toural», constata. Recuerda que muchos clientes «se hacían un buen traje para la boda, y otro de mediano para los domingos. Siempre pensé que era mejor al revés. La boda es un día, y domingos hay muchos al año». Ahora que empieza la cuenta atrás para el cierre, Manolo siente pena: «Hay margen de negocio. Con la nueva estación del Hórreo se puede recuperar movimiento». Evoca el día que desapareció el Castromil, «y con él, todos los negocios de las empresas de transporte». Manolo no cree que Inditex haga sombra a locales como el suyo. Sostiene que lo que «mata al comercio son las grandes superficies», aunque opina que «Santiago no tiene gente para esas superficies».

 

Paco Rodríguez

Moda frente a la crisis

La quinta edición del desfile que reúne las creaciones de los participantes en el Taller Formativo de Corte y Confección que organiza Cáritas Interparroquial se celebró ayer en el Convento de San Francisco. Se trata de una iniciativa dirigida a mujeres con dificultades de inserción que Cáritas impulsa desde hace más de 15 años en Conxo en colaboración con la parroquia y que tuvo que trasladar a la rúa Costa Vella.

 

Paco Rodríguez

El árbol de la belleza

Tiene una gran tradición ornamental, aunque las propiedades cosméticas de la camelia pasaron prácticamente desapercibidas, o fueron un secreto atesorado por una minoría, hasta hace poco tiempo. Ahora las múltiples ventajas, tanto para el cuidado del cuerpo como terapéuticas, de una planta que, además, tiene en Galicia un hábitat idóneo para su desarrollo están al alcance de todos. De ellas hablaron ayer en profundidad en El Corte Inglés el embajador del aceite de la camelia, Cándido Pazos; el ingeniero de montes y director de Acemelia, Pablo Mansilla; la directora del centro de medicina estética Náyade, Loli Vidal; y el campeón del mundo de triatlón Iván Raña.