Cruz Roja enseña qué llevar en el botiquín y cómo actuar ante un atragantamiento

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

La Alameda acoge varios talleres y exposiciones en el día mundial de los primeros auxilios

09 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque en el imaginario común todos piensan que lo primero que hay que hacer en caso de atragantamiento es golpear la espalda de la víctima, lo cierto es que si todavía respira es preciso instarle a que tosa con fuerza para expulsar el objeto que le impide tomar aire. Este y otros muchos consejos recibieron los ciudadanos que se acercaron a la Alameda, en donde Cruz Roja celebró el día mundial de los primeros auxilios con talleres y carpas expositivas. Porque la formación de la población en estas técnicas que salvan vidas es escasísima en España. Solo el 10 % tienen conocimiento en primeros auxilios. En Suecia, por ejemplo, el 95 % de los ciudadanos sabrían reaccionar ante una parada cardíaca.

Para paliar en parte esta laguna, y sobre todo para concienciar a la población, Cruz Roja instaló en el paseo central de la Alameda varios expositores en los que los visitantes fueron aprendiendo paso a paso distintas fases de los primeros auxilios. Por ejemplo, qué tener en un botiquín casero; cómo saber prevenir y actuar, porque de nada vale salir del vehículo a auxiliar a otro conductor si el voluntario no se protege a sí mismo; de qué forma responder ante un atragantamiento; cómo realizar la reanimación cardiopulmonar; y finalmente el mecanismo para utilizar un desfibrilador. Precisamente en este último expositor se dio a conocer una app de Cruz Roja, denominada Ariadna, con la que es posible geolocalizar un desfibrilador en un lugar público para asistir a una víctima ante una emergencia. Y es que, explican desde esta oenegé, cada año treinta mil personas sufren una parada cardíaca en España, la mayoría de las veces en casa o lugares públicos.

José y Giovanni, brasileños, fueron dos de los muchos visitantes que realizaron las maniobras de las distintas demostraciones. Y salieron encantados con los consejos recibidos, «aprendimos muchísimo porque no somos personas especializadas, pero podemos ir adelantando algo mientras no llegan los sanitarios», explican. Por ejemplo, a Giovanni, haciendo la maniobra de reanimación, le explicaron que antes de iniciarla es indispensable llamar a emergencias para movilizar la ayuda. Las actividades se complementaron con una ambulancia que los visitantes podían ver por dentro, un vehículo de transporte y una carpa con un puesto sanitario.