Compostela aviva su idilio con San Xoán

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Paco Rodríguez

Miles de personas disfrutaron de las más de 340 cacharelas que llenaron de fiesta todos los barrios

24 jun 2017 . Actualizado a las 17:23 h.

La Ascensión es la fiesta de Santiago, porque las del Apóstolo son las de Galicia y de los turistas. Pero el San Xoán es el festejo de los barrios. Los compostelanos volvieron a dejarlo claro en la mágica noche de ayer, en la que miles de personas se echaron a la calle para disfrutar de las más de 340 cacharelas organizadas en distintos puntos de la ciudad. De Conxo a Mazarelos, de San Roque a San Lourenzo, de Vite a la Alameda. Un año más, la noche más corta fue también la más festiva. Y el «tren cacharelo» volvió a facilitar el salto de un escenario a otro, para los que intentaron no perderse ninguno de los más concurridos. Eso sí, en todos, la sardina mojó el pan. Y en muchos, las brasas también dieron el punto a otros manjares.

En la mayoría de los barrios, la celebración arrancó varias horas antes de que cayera la noche. A media tarde el ambiente lo pusieron los más pequeños. Como en la praza de Salvador Parga, donde muchos padres ayudaron a sus hijos a saltar una pequeña cacharela. Y algunos niños que años atrás cumplieron con el rito en brazos de sus progenitores se atrevían por vez primera a volar solos sobre las llamas.

Una de las plazas fijas del San Xoán es Conxo, que volvió a ser de las más concurridas. Después de la ruta para buscar las hierbas, en la que el biólogo Martín Souto ofició de guía, los vecinos participaron en los juegos populares organizados en la praza de Aurelio Aguirre. Las sardinas encontraron las brasas a partir de las 21.00 horas, y las pandereteiras de la Asociación de Música Tradicional de Conxo amenizaron la fiesta hasta que, a medianoche, prendieron las llamas de la cacharela. En el otro enclave ineludible, San Pedro, donde la celebración congrega a centenares de personas, las primeras sardinas salieron listas de las parrillas antes de las 22.00 horas.

La celebración más madrugadora correspondió a Mazarelos, que desde primera hora de la tarde puso en marcha un festival con mercado tradicional, zona de degustación gastronómica y actividades para los niños.

Hasta la meteorología se sumó a la fiesta. A diferencia del año pasado, donde antes de espantar el meigallo hubo que cruzar los dedos para conjurar la amenaza de tormenta, la tarde soleada dejó ayer paso a una noche cálida en la que Compostela volvió a alimentar su idilio con un disfrutón San Xoán.