Comienzan el derribo de las tres casas okupa de Roláns

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

sandra alonso

Los operarios iniciaron la limpieza de la zona y tienen previsto demoler los inmuebles en los próximos días

14 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras más de una década de conflicto, los vecinos de la urbanización Volta do Castro, en Roláns, vieron ayer como se ponía punto final a uno de los mayores quebraderos de cabeza que ha sufrido el barrio: las casas okupa de Roláns.

El Concello de Santiago anunció en enero que demolería las tres casas situadas en los números 4, 6 y 8 de la calle Roláns y en febrero tapió los inmuebles abandonados para impedir que los okupas que habían sido desalojados por la Policía Local volviesen a acceder al interior. Una vez cumplidos los plazos legales establecidos y con la orden de derribo ya aprobada, ayer comenzaron por fin las tareas de demolición tantos años demandadas por los vecinos de la urbanización, hartos de los problemas de seguridad y ruidos que ocasionaban los okupas.

Los operarios comenzaron ayer con las tareas de desbroce y limpieza de la basura acumulada en la zona. Una vez que se concluya esta fase, se pondrá en marcha el derribo de las tres casas, algo que probablemente se demorará hasta finales de esta semana o incluso quizás a principio de la siguiente.

Ante la falta de respuesta del propietario de las casas, una empresa inmobiliaria que quebró, el gobierno local de Compostela Aberta (CA) tomó la iniciativa de asumir con fondos municipales los trabajos de derribo de dos de las casas para después pasarle la factura a los dueños, ya que no han atendido los expedientes aprobados en el 2011 ordenándoles tirar abajo las edificaciones. Sobre la tercera casa pesa un reciente expediente de ejecución forzosa de la demolición.

Además de la suciedad que se acumulaba en las tres casas abandonadas de la calle Roláns, la presencia de okupas tenía muy preocupados a los vecinos de la urbanización Volta do Castro. De hecho, en un primer lugar estuvieron en uno de los inmuebles, pero provocaron un incendio y se mudaron a otro, que curiosamente también ardió justo un día después de que el Concello ordenase su tapiado.