Los propietarios de la casa okupada se enfrentan a una posible sanción del Concello de Santiago

La Voz SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

SANDRA ALONSO

Técnicos municipales realizan esta mañana una inspección en la casa de la Algalia por cuestiones de legalidad urbanística

31 may 2017 . Actualizado a las 14:38 h.

Un día después de que se tapiase por orden judicial la casa blasonada de la Algalia de Arriba, en Santiago, okupada desde hace tres años por la agrupación denominada Escarnio e Maldizer, y tan solo unas horas después de que estos inquilinos respondiesen a su expulsión con una batalla campal, los dueños del inmueble se enfrentan ahora a un expediente disciplinario abierto por el Concello.

Los propietarios del magnífico inmueble tapiaron las puertas y ventanas con bloques de hormigón, una actuación que para el Ayuntamiento no se ajusta al plan especial de la zona monumental. Fuentes municipales alegan, además, que la obra carece de licencia. Por todo ello, el gobierno local ha abierto un expediente de reposición de la legalidad urbanística que puede conllevar la eliminación del tapiado y su ajuste a la normativa vigente en la zona noble compostelana. 

Esta mañana técnicos del Concello santiagués inspeccionan el edificio para determinar si, además, el tapiado supuso algún daño en el inmueble, lo que supondría una infracción mayor. 

Disturbios durante la tarde

El cierre del edificio de la Algalia por la mañana dio paso por la tarde a una concentración de cerca de 400 personas en favor del movimiento okupa, con contenedores quemados, lanzamiento de botellas y tuercas y cargas policiales. La batalla campal se saldó con un joven detenido que ha pasado esta mañana a disposición judicial. Cerca de 80 personas se han concentrado primero en comisaría y luego en los juzgados en apoyo al detenido.

Según el SUP, seis policías resultaron heridos. El ejecutivo local criticó los «actos violentos» y lamentó que la protesta «derivase en escenas impropias da capital galega, que non se poden amparar nin xustificar».

Compostela Aberta, el grupo de gobierno en Santiago, también criticó la actuación policial y judicial y salió en defensa de los okupas. En una red social acusó a la Policía Nacional de actuar con «aleivosía e nocturnidade» y de «irromper» en el inmueble «como só eles saben facer». En un comunicado público, la formación que lidera Martiño Noriega señaló que la actividad de los ocupantes no generaba ningún problema de convivencia ni de seguridad. También el BNG criticó el tapiado y expulsión de los okupas.

Así se produjo el tapiado

Sandra Alonso

Hasta cuatro dotaciones de la Unidad de Intervención Policial (UIP) acudieron ayer desde las ocho de la mañana al inmueble, situado en el número 11 de la calle Algalia de Arriba, para proteger a los obreros a los que los legítimos propietarios del edificio habían encargado el tapiado de las puertas y ventanas para evitar que los okupas puedan volver a entrar. 

No fue necesario el desalojo, porque cuando llegaron los agentes el edificio estaba completamente vacío. No obstante, cuando los integrantes de Escarnio e Maldizer se enteraron de la presencia policial, una decena de miembros de la agrupación se presentaron en la Algalia y se enfrentaron a la Policía Nacional. Dos de ellos tuvieron que ser identificados por insultar y escupir a los agentes.

Medio centenar de jóvenes se concentraron mientras tanto a pocos metros, en la rúa das Casas Reais, en protesta por el desalojo y tapiado del edificio, y portaron una pancarta en la que se podía leer «Defende os centros sociais, defende o Escarnio e Maldizer». 

Sede histórica del grupo Cantigas e Agarimos

El edificio tapiado, el inmueble blasonado del número 11 de la Algalia de Arriba, fue la sede histórica del grupo Cantigas e Agarimos. Desde el año 1957 muchas de las grandes actuaciones musicales y coreografías de la agrupación folclórica se fraguaron en este local de más de 130 metros cuadrados.

Tras un cambio de titularidad de la sala, el nuevo dueño avisó en el 2009 a los directivos de Cantigas que se debían trasladar a una sede alternativa, al finiquitar el contrato de renta antigua. Tras un par de prórrogas, la formación abandonó su céntrico enclave en el 2011 y se exilió en O Castiñeiriño, en el antiguo colegio Ramón Cabanillas.

Tres años más tarde, en abril del 2014, el local de la Algalia volvió a ocuparse pero no por sus antiguos inquilinos. Un grupo de personas hicieron suya la sede para convertirla un centro de cultura popular. 

«Un grupo de persoas decidimos reabrir este espazo para enchérmolo de vida e cultura, porque cremos que a cultura non debe permanecer fechada», justificaron de esta manera los ocupantes su acción.