Unas vacaciones mundiales desde Santiago

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Leer manga en su lengua original, entonar en portugués la canción ganadora de Eurovisión o flirtear en francés son algunas de las posibilidades que ofrecen los cursos de verano del CLM

29 may 2017 . Actualizado a las 10:07 h.

Caminar por las estepas rusas, hacer un romántico recorrido en góndola por Venecia o visitar las ruinas griegas sin salir de Santiago es posible este verano a través del Centro de Linguas Modernas de la USC, que ofrece una veintena de idiomas para aprender en las vacaciones, entre ellos, algunos de difícil acceso como el lituano, el húngaro o el eslovaco, que se imparten en muy pocas universidades españolas. El plazo de matrícula ya está abierto y son cursos intensivos de quince días que se imparten los meses de junio, julio y agosto, de tal manera que los aspirantes a políglotas pueden avanzar en varios idiomas en un solo verano.

Los políglotas son, de hecho, un grupo importante dentro del perfil de asiduos a estos cursos para los que todavía es posible matricularse en junio. Pero también los Erasmus que el año que viene se van a ir al extranjero, residentes en otras comunidades que pasan las vacaciones en Galicia y de paso aprenden un idioma, alumnos e investigadores de otras universidades que el curso siguiente van a estar en Santiago o estudiantes que necesitan sacarse un certificado -generalmente el B1 de inglés- y no pueden o no quieren hacerlo a lo largo del curso.

Pero el perfil varía según el idioma elegido. Anna Yurss, profesora de inglés, reconoce que la presión social, laboral y académica hacen de este idioma uno de los más difíciles y menos placentero para los alumnos, pese a ser el más solicitado y el que tiene una oferta más amplia tanto por el curso como en verano. Ella está empeñada en acabar con esa mala fama y le pide a los alumnos, sobre todo a los que se matriculan en los cursos de verano, «que dejen de sufrir con el inglés, que vengan a pasar un rato agradable porque son quince días de inmersión en los que van a hablar, a poner en práctica lo que ya saben y a pasarlo bien».

Esa presión no la hay en japonés, con alumnos muy dispares que en casi nada coinciden con los de inglés. «Mis estudiantes son amantes de la cultura japonesa, desde los 16 años hasta los jubilados, unos que fueron a Japón y se enamoraron y quieren conocer el idioma y otros que les gusta el manga y quieren leerlo en su lengua original». En todo caso, se matriculan por placer y Mina Takahashi reconoce que «mis alumnos no sufren».

Tampoco lo pasan mal los de portugués. De hecho, su profesor, Xurxo Fernández Carvalhido, tiene como lema el de «mínimo esforzo e máximo proveito en dúas semanas». La familiaridad del hablante de otras lenguas románicas con el idioma luso facilita el éxito de unas clases a las que se apuntan, sobre todo, estudiantes de Erasmus que van a ir a Portugal o alumnos de intercambio con Brasil, así como personas que tienen pensado trabajar en países lusófonos y que necesitan familiarizarse o perfeccionar el idioma. Este año, el éxito de la canción ganadora en Eurovisión ha puesto de moda Portugal y eso podría incrementar una demanda que ya es de por sí alta. «Que se matriculen, si, que imos cantar Amar pelos dois nas clases», adelanta el profesor de portugués entre risas.

Las más lejanas

La directora del Centro de Linguas Modernas, Katerina Vlasakova, reconoce que las lenguas eslavas son las grandes desconocidas, con una dificultad añadida, la de la lejanía cultural. Algo parecido pasa con el alemán. A diferencia del inglés, que aunque resulte difícil es a la vez cercano por la música, «no sabemos canciones en alemán, y si después lo que nos suena es un discurso de Hitler... Pues más difícil todavía», admite Vlasakova. «Es complicado incluso para los que hablan inglés, porque es una lengua antigua, con declinaciones», puntualiza Anna Yurss.

Acercar esas culturas y favorecer las relaciones personales entre alumnos de distintas procedencias es uno de los objetivos del CLM, que complementa para ello las clases con ofertas culturales y lúdicas de los países cuyas lenguas se ofertan. Y así, de la playa de As Gaviotas en Noia a los cristalinos arenales griegos el billete más rápido y barato es el de una matrícula en el CLM.

En Santiago: Alemán, árabe, catalán, checo, chino, eslovaco, euskera, español, francés, gallego, lengua de signos, griego, húngaro, inglés, italiano, lituano, polaco, portugués, ruso, sueco, japonés.

En Lugo: Alemán, francés, lengua de signos, inglés y portugués.

Jornadas suecas el 8 de junio con Märta Dahlgren: «Do sueco ao galego; entre dúas culturas».

Grupo de canto Aleceia, concierto el 3 de julio, con temas tradicionales de Japón, zulú, alemán, francés, inglés, italiano, castellano, euskera, portugués y gallego.

En la página web de la USC y en la sede del Centro de Linguas Modernas en el Campus Vida. El centro informa a las embajadas de los países cuyos idiomas imparte, que en muchos casos ofrecen becas de estudios.